Dos funcionarias de un centro salud fueron aprehendidas la madrugada de este viernes porque estarían vinculadas con el robo de 512 vacunas contra el COVID-19, hecho que ocurrió el 31 de marzo en la ciudad de Guayaramerín del departamento de Beni.
El director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) Alberto Aguilar, informó que ambas mujeres se contradijeron al declarar. Una señaló que las vacunas fueron trasladas de un centro a otro sin autorización y la otra que nunca salieron de ese lugar. Con base en estas valoraciones, el fiscal de Guayaramerín, Javier Colque, ordenó la aprehensión de las sospechosas, quienes serán imputadas por los delitos de hurto y delitos contra la salud pública, según un reporte de Clave 300.
Por otro lado, fue la noche del jueves cuando el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, cuando dio a conocer que los 512 inmunizantes habían sido hallados. “Informamos al pueblo boliviano que hemos encontrado a las personas que secuestraron las vacunas para el COVID-19 en Beni. Y en este momento, se están tomando las medidas respectivas», escribió la autoridad en sus cuentas de redes sociales.
Informamos al pueblo boliviano que hemos encontrado a las personas que secuestraron las vacunas para el #Covid19 en #Beni. Y en este momento, se están tomando las medidas respectivas. pic.twitter.com/fJtSBeJNi4
— Carlos Eduardo Del Castillo Del Carpio (@EDelCastilloDC) April 2, 2021
Un reporte de La Razón señala que fueron encapuchados quienes devolvieron las vacunas. Las cajas fueron halladas selladas, pero se desconoce si estuvieron o no bajo una cadena de frío para mantenerlas a las temperaturas exigidas por los fabricantes.
El coordinador de la Red de Salud 08, Maicol Borches, informó que las dosis fueron dejadas en el mismo lugar de donde se las llevaron, las instalaciones del centro de salud Los Almendros de Guayaramerín, ciudad fronteriza con Brasil.
El ministro de Salud, Jeyson Auza, lamentó lo ocurrido y dio por perdidas las dosis porque no podrán ser utilizadas si no estuvieron resguardadas en una cadena de frío, como establecen los protocolos de seguridad.