Una multitudinaria marcha multisectorial colapsó el centro de La Paz, exigiendo soluciones inmediatas al Gobierno por la crisis económica. Gremiales, juntas vecinales y control social se unieron desde tempranas horas en una movilización que reflejó el creciente descontento popular.
La protesta comenzó en el puente de la cervecería y avanzó hacia el centro paceño, generando un caos vehicular. “Nuestras ventas han caído más del 50% y los productos se han triplicado. La gente ya no tiene dinero para comprar lo básico”, denunció Aurora Patiño, representante de la Federación de Comerciantes Minoristas “Patiño”.
Los manifestantes corearon consignas como “¡Dónde está el dólar, carajo!” y “¡Queremos soluciones, no explicaciones!”, mientras avanzaban hacia la Plaza Obelisco, donde se espera la realización de un mitin para definir futuras acciones.
El presidente Luis Arce, quien prometió resolver la crisis del combustible y controlar los precios en 10 días, se encuentra fuera del país participando en la cumbre del G20 en Brasil. Su ausencia ha incrementado las críticas de los sectores movilizados. “Es falso que todo se está normalizando. La carne ya cuesta Bs 70 y las filas en Emapa son interminables”, añadió Patiño.
El país enfrenta una crisis de divisas desde febrero de 2023, con una marcada escasez de dólares y un mercado negro que ha disparado los precios. Esta situación, combinada con el desabastecimiento de diésel y el encarecimiento de la canasta básica, ha intensificado las tensiones sociales.
Aunque el suministro de gasolina ha mejorado en algunas regiones, el diésel sigue siendo un problema crítico. La autorización del Gobierno para que surtidores privados importen combustible a precio internacional aún no se implementa completamente.
El descontento también radica en el incumplimiento de la promesa presidencial de estabilizar la economía. “El plazo que Arce dio se cumple mañana, y no vemos resultados. La gente está cansada de promesas vacías,” concluyó uno de los manifestantes en la marcha.
La protesta en La Paz se suma a una serie de movilizaciones que se están registrando en todo el país, evidenciando el deterioro de la confianza en la capacidad del Gobierno para manejar la crisis.