El cohete europeo Ariane 6 completó con éxito su primera misión comercial este jueves al poner en órbita el satélite militar francés CSO-3, marcando el regreso de Europa a un acceso autónomo al espacio tras años de retrasos.
El lanzamiento se realizó desde el centro espacial de Kurú, en la Guayana Francesa, a las 13:24 hora local (16:24 GMT). El satélite fue impulsado hasta una órbita polar a 800 kilómetros de altura, con separación exitosa a las 18:31 (17:31 GMT), generando aplausos entre los técnicos presentes.
«El éxito del CSO-3 es un gran día para la Europa espacial y marca el inicio de la explotación comercial de Ariane 6», destacó David Cavaillolès, presidente ejecutivo de Arianespace. Añadió que este logro demuestra que Europa vuelve a tener un acceso autónomo al espacio, gracias a una cooperación industrial sin precedentes.
El CSO-3, tercer satélite del programa MUSIS, fue fabricado por Airbus y operado por la Dirección General del Armamento (DGA) de Francia, con fines de defensa y seguridad. Su lanzamiento había sido pospuesto varias veces debido a problemas logísticos y técnicos.
El Ariane 6 realizó su primer vuelo de prueba el 9 de julio de 2024, transportando satélites universitarios. Sin embargo, su despliegue comercial llega con cuatro años de retraso, periodo en el que la industria espacial europea sufrió contratiempos como la ruptura con Rusia y problemas con el cohete Vega C.
Ante estas dificultades, Europa dependió de los cohetes Falcon 9 de SpaceX para misiones estratégicas, como el lanzamiento del satélite español Sainsat NG I en enero. El objetivo ahora es reducir esta dependencia y consolidar el Ariane 6 como una opción viable para el continente.
El Ariane 6 cuenta con dos versiones: el Ariane 62, con capacidad para cargas de hasta 10,3 toneladas en órbita baja terrestre, y el Ariane 64, capaz de propulsar hasta 21,6 toneladas. Se espera que en 2025 realice seis lanzamientos, aumentando gradualmente la frecuencia hasta nueve anuales.
Pese al entusiasmo, el Ariane 6 llega a un mercado dominado por SpaceX, cuyos cohetes reutilizables han reducido drásticamente los costos de lanzamiento. Europa apuesta por la competitividad de su tecnología para recuperar protagonismo en la carrera espacial.