El excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga, denunció que al menos doce extranjeros expertos en informática llegaron al país con el objetivo de “vigilar opositores” y “manipular el Padrón Electoral” para favorecer al Gobierno de Luis Arce en las próximas elecciones. Así lo manifestó en una entrevista con ERBOL antes de ser sancionado por comunicarse desde el penal de El Abra.
“Todavía no voy a decir quiénes son, pero estoy en condiciones de declarar a la Fiscalía. No se puede ocultar: eran doce extranjeros expertos en informática, tenían dos misiones”, declaró. Según Zúñiga, una de esas misiones era aportar con material de inteligencia al Gobierno y la otra, intervenir en el proceso electoral.
Zúñiga aseguró que fue llevado a una reunión por Fernando Rodríguez Ureña —presunto asesor presidencial—, donde participaron estos extranjeros, dos mujeres entre ellos, además de funcionarios como Vladimir Terán, director de AGETIC. Allí se habló abiertamente de la urgencia del oficialismo de “permanecer una gestión más” pese al desgaste político.
“Sí o sí necesitaban quedarse un periodo más. Una de las razones era cerrar acuerdos de litio con otros países y la otra, evitar una posible persecución a la familia del presidente”, afirmó Zúñiga, añadiendo que uno de los presentes tenía acceso directo a la base de datos del Padrón Electoral.
En una carta enviada a un medio mexicano, el exgeneral amplió su denuncia: “El grupo secreto de hackers llegó a Bolivia con el objetivo de vigilar a opositores, controlar el padrón electoral y manipular las elecciones, todo para consolidar un fraude.” Advirtió que la oposición debe actuar porque el oficialismo sólo necesitaría “poco apoyo” para disimular una victoria.
Zúñiga también implicó a Hugo Moldiz y Fernando Rodríguez como los encargados de planificar las acciones encubiertas desde una oficina frente a la Alianza Francesa en La Paz. Entre sus planes, afirmó, estaban las acciones contra expresidentes y exministros, así como la creación de un grupo paramilitar.
En ese contexto, relató una reunión en la que el viceministro Juan Villca ofreció mil combatientes para conformar dicha fuerza. “El otro tenía 500. Total, 1.500 más o menos”, detalló. A Zúñiga le pidieron proveer armas, propuesta que rechazó pese a las presiones. “Querían que yo sea el comandante, que defendiera al Gobierno con tropas paramilitares”, dijo.
Finalmente, aseguró que tras su negativa, los asesores se reunieron con un extranjero en un hotel de la zona Sur para pedir 5.000 fusiles AK-47 y munición. “Ese era su plan: mantenerse en el poder a cualquier costo”, sentenció Zúñiga, quien reiteró estar dispuesto a entregar su testimonio completo a la Fiscalía.