El uso de activos virtuales para la compra de combustible por parte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) podría generar un impacto negativo en la economía del país. Economistas advierten que la medida aumentará el gasto público, impulsará la emisión monetaria y agravará el déficit fiscal.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, explicó que la adquisición de carburantes con criptomonedas se realizará a tipo de cambio del mercado internacional, lo que significa un mayor costo para el Estado. “Va a significar que gastemos más en bolivianos para comprar estos activos y pagar a los proveedores, lo que implica una mayor emisión monetaria o un mayor endeudamiento interno”, advirtió.
El gobierno autorizó la compra de combustibles con USDT (Tether), una criptomoneda que fluctúa entre Bs 11,50 y Bs 12 en el mercado, según el viceministro de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos, Adams Hurtado. “El USDT es un paralelo al dólar físico. Su precio actual está entre 11,50 a 12 bolivianos”, señaló en entrevista con radio Fides.
La medida forma parte del Decreto Supremo 5348, promulgado la semana pasada por el presidente Luis Arce, que permite a YPFB adquirir divisas de la banca pública y operar con activos virtuales para la compra de crudo, diésel y aditivos para la producción de gasolina.
Sin embargo, los expertos advierten que la volatilidad de las criptomonedas podría encarecer la compra de combustibles. “Su gran desventaja es que son muy volátiles y eso no garantiza la recuperación del costo ni la utilidad”, explicó Romero.
A esto se suma que el uso frecuente de criptomonedas podría hacer subir aún más su precio, generando un efecto inflacionario. “Si el gobierno, los empresarios y la principal empresa estatal empiezan a demandar más USDT, su valor aumentará y encarecerá las futuras compras de carburantes”, puntualizó el economista.
Actualmente, el Banco Central de Bolivia (BCB) cotiza el USDT en Bs 11,73 para la compra y Bs 12,11 para la venta, lo que confirma las fluctuaciones que pueden afectar la economía del país.
Con el déficit fiscal en aumento y la necesidad de mayores recursos para financiar esta medida, los analistas temen que el impacto a largo plazo sea un mayor endeudamiento y una presión inflacionaria sobre la economía nacional.