Luego de dos semanas de filas y escasez de combustibles en distintas regiones del país, Luis Arce anunció un paquete de 11 medidas económicas y 7 decretos supremos con el objetivo de estabilizar la situación y contener la incertidumbre.
Entre las acciones destacadas, el mandatario aseguró que “desde el lunes se garantiza la normalización del tema de los hidrocarburos”, en respuesta a las largas colas en surtidores y la creciente molestia social. Además, el Gobierno se compromete a reforzar el control contra el contrabando a la inversa y aumentar la presencia militar en las fronteras.
“Estamos tomando decisiones firmes para frenar la especulación y dar tranquilidad al pueblo boliviano”, afirmó Arce en conferencia de prensa. En esa línea, se anunciaron acciones legales contra el agio y la especulación, así como la instrucción a los gobiernos municipales de realizar controles de precios en mercados y centros de abasto.
El Gobierno también apuntó al sector productivo: se fomentará la producción de arroz y otros productos estratégicos, y se activará un fondo de fideicomiso exclusivo para apoyar al agro, con el fin de garantizar el abastecimiento interno.
En cuanto a la importación, se aplicará arancel cero para mercaderías relacionadas con la carne de pollo y res, lo que busca reducir los costos para los consumidores. Se establecerá además un control de volúmenes para evitar el acopio injustificado de productos.
Para aliviar la presión sobre el sistema financiero y captar mayores recursos, se autorizó a las entidades bancarias a recibir ahorros en Unidades de Fomento a la Vivienda (UFVs), una medida destinada a mejorar la estabilidad monetaria. Además, se permitirá el incremento del ingreso de divisas hasta los 50.000 dólares, facilitando transacciones internacionales y apoyo al comercio.
Estas medidas llegan en un contexto donde la desconfianza económica ha crecido y sectores como el transporte y la industria han advertido sobre posibles paralizaciones si no se resuelve la escasez de diésel y gasolina. El anuncio de Arce busca calmar el clima social, aunque varios analistas consideran que la reacción del Gobierno fue tardía.
“Estas decisiones son resultado de escuchar al pueblo”, aseguró Arce, aunque reconoció que la situación es compleja y que se requieren esfuerzos coordinados entre el Gobierno central, los municipios y el sector privado para superar la crisis.