La plaza Murillo amaneció este lunes completamente cerrada con rejas en todas sus esquinas y con fuerte presencia policial, en respuesta a la amenaza de movilizaciones impulsadas por sectores afines a Evo Morales, que anunciaron medidas para exigir la renuncia del presidente Luis Arce y la habilitación del exmandatario como candidato para las elecciones del 17 de agosto.
Además del cerco en la plaza central del poder político boliviano, la plaza Abaroa también fue resguardada por efectivos policiales, en previsión de posibles concentraciones en torno al Tribunal Supremo Electoral (TSE), blanco de críticas del bloque evista por no habilitar a Morales.
“El Comando Departamental está ejecutando acciones preventivas para resguardar la paz social y proteger a la ciudadanía”, confirmó un jefe policial en declaraciones a medios locales. Las medidas incluyen controles de ingreso a la ciudad en puntos estratégicos y vigilancia permanente en instituciones públicas.
Desde filas del oficialismo se ha evitado comentar directamente sobre la movilización anunciada, sin embargo, sectores del MAS afines a Morales han advertido con “convulsionar la sede de Gobierno si no se atienden sus demandas políticas”.
En medio del clima tenso, el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga calificó a Evo Morales de “cobarde”, acusándolo de usar a sectores vulnerables como carne de cañón en sus intentos por retornar al poder. “No asiste a las marchas, manda a la gente más humilde mientras él se esconde. Es un cobarde que evade a la justicia y no enfrenta las consecuencias de sus actos”, expresó el exmandatario.
La Policía también ha reforzado la seguridad en las inmediaciones del Tribunal Electoral Departamental y otras instituciones estratégicas, a fin de evitar tomas o actos vandálicos como los que se registraron en anteriores conflictos políticos.
Desde el evismo, se mantiene la posición de que “sin Evo no hay democracia”, y se amenaza con “acciones contundentes” si no se revierte la decisión del TSE, que dejó fuera a Morales por restricciones constitucionales.
Mientras tanto, la ciudadanía paceña observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos, en un contexto marcado por tensiones crecientes y el temor a una nueva etapa de inestabilidad. Las autoridades han llamado a mantener la calma y evitar actos que pongan en riesgo el orden democrático.