El periodista de la red de televisión Donato Hannover y corresponsales de prensa internacional protegieron a policías antimotines de la furia de manifestantes que el lunes 4 de octubre protagonizaron la retoma de un edificio de propiedad de productores de hojas de coca de los Yungas, del departamento de La Paz.
Hannover vivió una situación contradictoria en su tarea periodística: recibió el impacto de un proyectil de gas lacrimógeno disparado por un policía, pero en otro momento, al observar que un grupo de personas golpeaba a otro efectivo de las fuerzas del orden no dudó en interceder ante los violentos manifestantes para evitar que continúe la golpiza. El camarógrafo que acompañaba a Hannover fue golpeado.
Otros corresponsales que usaban cascos y distintivos de prensa lograron arrancar de los manifestantes a una mujer policía que era agredida y la resguardaron hasta entregarla a otros funcionarios policiales.
La protección de corresponsales de prensa a personal de las fuerzas del orden durante los incidentes violentos entre productores de coca se registra días después de la agresión inferida por policías antimotines al periodista Carlos Quisbert, el pasado 21 de septiembre.
El cronista del diario Página Siete fue atropellado con una motocicleta policial, luego golpeado por unos ocho agentes y después detenido por cinco horas.
Hannover relató que en medio de la batalla librada entre policías que resguardaban un edificio de comercialización de hojas de coca, y productores que deseaban retomarlo, recibió el impacto de un proyectil de gas lacrimógeno de uso policial.
El periodista declaró que el teléfono móvil que portaba en el bolsillo de su chaqueta impidió que el artefacto dañara su humanidad. “El celular está partido” pero impidió daños en el pecho y corazón, dijo en un relato a su medio, el canal privado Bolivision.