El discurso del presidente Luis Arce por el Día del Estado Plurinacional provocó una ola de reacciones críticas, especialmente de precandidatos presidenciales y dirigentes gremiales. Mientras el mandatario defendía el modelo plurinacional, los opositores lo acusaron de perpetuar una crisis económica y política que afecta al país.
El expresidente y precandidato Jorge “Tuto” Quiroga expresó su descontento calificando al gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) como una “pandilla saqueadora”. En un mensaje publicado en X, señaló: “Hoy nos someten a su vigésima y última perorata. El 8 de noviembre se van para siempre, termina esta larga noche y llega un cambio total hacia un amanecer eterno democrático y libre”. Según Quiroga, las próximas elecciones generales marcarán el fin del ciclo del MAS en el poder.
Por su parte, el empresario y también aspirante presidencial Samuel Doria Medina criticó el feriado del 22 de enero, asegurando que, de llegar a la presidencia, se eliminará. “En mi gobierno, ese día los bolivianos estaremos trabajando para resolver los problemas que nos dejará 20 años de fiestas y despilfarros del MAS”, afirmó. Doria Medina subrayó la urgencia de centrarse en las necesidades del país en lugar de celebraciones oficiales.
Desde el sector gremial, el dirigente Édgar Álvarez cuestionó duramente el mensaje presidencial, al que calificó de “vacío y mentiroso”. Álvarez señaló que el mandatario evadió responsabilidades críticas al estilo de Poncio Pilato, sin ofrecer soluciones concretas a la falta de dólares y combustible. “Seguiremos movilizándonos hasta que se derogue la disposición séptima del Presupuesto General del Estado”, advirtió.
El discurso presidencial, que buscaba resaltar los logros del modelo plurinacional, ha sido percibido por diversos sectores como un intento de desviar la atención de los problemas estructurales del país. Críticos también destacaron que el mensaje ignoró demandas sociales y económicas urgentes.
Mientras tanto, la contienda electoral se perfila con una oposición que refuerza su discurso contra el MAS. Líderes políticos como Quiroga y Doria Medina enfatizan la necesidad de un cambio radical en la administración del país.
El panorama político en Bolivia refleja una polarización profunda entre el oficialismo y la oposición. La gestión de Arce enfrenta crecientes críticas en un contexto de desaceleración económica, escasez de recursos y presión social. El futuro del modelo plurinacional parece depender, más que nunca, de las elecciones venideras y la voluntad de cambio manifestada por diversos sectores.