El Gobierno reconoció este lunes que no cuenta con divisas suficientes para importar combustible, lo que impide garantizar el abastecimiento al 100% en el país. Ante esta crisis, el ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, propuso vender diésel a los sectores productivos a precio internacional.
«No tenemos acceso a créditos ni divisas para adquirir combustible en la cantidad necesaria», admitió Gallardo en conferencia de prensa. La autoridad señaló que la falta de financiamiento externo, junto con la negativa de la Asamblea Legislativa Plurinacional a aprobar créditos, agrava la situación. “Nos tienen ahogados”, sostuvo.
El desabastecimiento de combustible se ha intensificado en las últimas semanas, afectando especialmente al transporte pesado y al sector productivo. Largas filas de camiones y maquinaria agrícola en busca de diésel han sido reportadas en varias regiones del país.
Como medida paliativa, Gallardo informó que YPFB implementará un mecanismo de importación de combustible a precio internacional, comenzando con el sector minero y extendiéndose luego a otros sectores productivos. “Buscamos evitar que la economía se detenga y generar soluciones inmediatas”, afirmó.
Sin embargo, la medida ha sido recibida con preocupación por sectores productivos y ganaderos, quienes advirtieron que la falta de diésel pone en riesgo la cosecha de verano y podría desencadenar una crisis alimentaria. “Si el Gobierno no soluciona este problema, tomaremos medidas de presión”, advirtieron representantes del agro.
En una reunión entre autoridades y representantes del sector minero, el presidente de YPFB, Armin Dorghaten, reconoció que solo se está cubriendo el 50% del requerimiento de combustible. “No podemos cumplir al 100%, estamos despachando entre un 40% y 50%”, admitió.
Dorghaten también confirmó que 500 cisternas cargadas de combustible están detenidas en las plantas de almacenamiento debido a retrasos en los pagos. «Es un problema financiero que esperamos solucionar en los próximos días», explicó.
Mientras la crisis persiste, sectores productivos exigen soluciones inmediatas y advierten que el encarecimiento del combustible podría afectar directamente los costos de producción y el precio de los alimentos en el país.