El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha proyectado un crecimiento del 1,8% para la economía boliviana en 2023, según su informe “Perspectivas de la economía mundial abril 2023”, publicado el martes pasado. Esta cifra está muy por debajo de los datos y proyecciones optimistas lanzados por el Gobierno de Luis Arce Catacora, que estableció un crecimiento del 4,8% para este año.
En comparación con el resto de Sudamérica, el informe del FMI estima un crecimiento económico del 5% para Venezuela, del 4,5% para Paraguay, del 2,9% para Ecuador, del 2,4% para Perú y del 2% para Uruguay. Mientras tanto, se estima una expansión económica del 1% para Colombia, del 0,9% para Brasil, del 0,2% para Argentina y del -1% para Chile.
A finales de 2022, el FMI proyectó un crecimiento del 3,2% en 2023 para la economía boliviana, pero ahora prevé una expansión del 1,8%. Ambas estimaciones son menores al 4,86% proyectado por el Gobierno nacional en el Programa Fiscal Financiero (PFF) y el Presupuesto General del Estado (PGE) para 2023.
El informe del FMI también detalla que el próximo año el crecimiento será de 1,9%. Sin embargo, el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, mantiene la proyección de crecimiento del 4,86% para este año, afirmando que la estabilidad se va consolidando en la economía nacional.
Según el director de investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, muchos países latinoamericanos, incluyendo Bolivia, son exportadores de materias primas, lo que les benefició el año pasado gracias al aumento de los precios de los alimentos o el combustible que trajo la invasión rusa de Ucrania, pero que lastrará su crecimiento este año.
El informe también proyecta que las presiones inflacionarias se mantendrán elevadas en muchos países, especialmente en Argentina, donde se prevé una inflación de más del 98% para 2023, o en Venezuela, donde se espera que alcance el 400%.