El mundo del arte en Bolivia está de luto. Hugo Pozo Arias, destacado actor y director de teatro, falleció dejando un inmenso legado en el teatro y el cine boliviano. “Con mi corazón destrozado aviso que mi padre, el maestro Hugo Pozo, acaba de fallecer. Dios se lleva a su lado una leyenda del arte en Bolivia. Descansa en paz, papito lindo”, compartió esta mañana su hijo, Guery Pozo, en redes sociales, en un emotivo mensaje que refleja el dolor de su partida.
El pasado jueves, la familia de Pozo había comunicado que su estado de salud era delicado, pidiendo oraciones por su recuperación. Sin embargo, su deceso fue confirmado este sábado, dejando una profunda tristeza entre sus seguidores, colegas y admiradores.
Pozo nació en La Paz el 25 de agosto de 1949 y comenzó su carrera actoral en 1972 en el Teatro Nacional Popular, marcando el inicio de una trayectoria artística que se extendería durante más de cinco décadas y alcanzaría reconocimiento nacional e internacional.
Con más de 300 producciones teatrales en su haber, Pozo no solo brilló como actor, sino que también se destacó como director y formador. En 1992, fundó la Compañía de Teatro Hugo Pozo Bolivia, a través de la cual impulsó a nuevas generaciones de actores y actrices. “Hugo era un referente, alguien que inspiró y formó a muchos en este oficio”, recordó un colega cercano.
Su influencia también se extendió al cine boliviano, donde Pozo participó en más de 24 películas que se convirtieron en clásicos del cine nacional. Entre ellas destacan “Chuquiago,” “Mi Socio,” “Amargo Mar,” “El Celibato,” “American Visa,” “Quién Mató a la Llamita Blanca” y “Tercer Mundo.” Estas películas consolidaron a Pozo como un rostro inconfundible del séptimo arte en Bolivia.
“Bolivia pierde hoy no solo a un actor, sino a un icono cultural”, señaló un representante del Ministerio de Culturas, destacando que la obra de Pozo reflejó la realidad y la identidad boliviana a través de sus interpretaciones únicas y comprometidas.
Pozo deja tras de sí una huella imborrable en las artes escénicas y en la industria cinematográfica del país. Su dedicación y pasión por el teatro y el cine quedan inmortalizados en las historias que interpretó y en los actores que formó.
Sus seguidores y la comunidad artística boliviana recuerdan hoy a Hugo Pozo no solo como un artista, sino como un maestro y mentor que dedicó su vida al arte y a su país.