El discurso de Luis Arce durante el Día del Estado Plurinacional no dejó indiferentes a expertos y analistas económicos, quienes arremetieron contra su visión de la inflación y el manejo de las reservas del país. José Gabriel Espinoza, exdirector del Banco Central, aseguró que el mandatario realiza una «lectura equivocada, adrede, de la inflación», destacando que no solo los productos importados encarecen, sino también los bienes nacionales y los servicios no transables. “El descalabro cambiario provocado por su Gobierno ha hecho que Bolivia sea más dependiente de las importaciones que nunca”, afirmó Espinoza.
En su discurso, el mandatario defendió la polémica disposición séptima del Presupuesto General del Estado (PGE), justificando los decomisos en la cadena comercial como una medida contra la especulación. “La presión inflacionaria se concentra en productos importados y algunos nacionales afectados por agio y ocultamiento que dañan la economía popular”, sostuvo Arce. Sin embargo, Espinoza replicó que estas políticas agudizan la inflación y alertó sobre el agotamiento de las reservas de oro, que calificó como “colateralizadas” para obtener divisas.
Espinoza recordó que el presidente recibió un país con más de 5.300 millones de dólares en reservas internacionales netas y 36 toneladas de oro, recursos que considera “dilapidados a un ritmo frenético”. Además, mencionó ingresos significativos por exportaciones de gas y créditos que, según su análisis, no fueron utilizados para fortalecer la economía. “Es imposible que el próximo gobierno tenga mejores condiciones que las que él y su banda recibieron”, sentenció Espinoza en un mensaje difundido en redes.
El economista Gonzalo Chávez fue más allá y calificó el discurso del presidente como «una colección de promesas recicladas y puntos vacíos». En tono irónico, afirmó que “Arce parece convencido de que un buen chiste puede reemplazar un plan económico sólido” y criticó la falta de propuestas para reducir el déficit fiscal, fortalecer el Banco Central o diversificar las exportaciones.
Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, también se sumó a las críticas, señalando que el mandatario busca culpar a la Asamblea Legislativa por la crisis económica. “Los créditos externos que solicita representan apenas el 3% del PIB y no salvarán al país, como pretende hacer creer”, afirmó. Romero cuestionó que, en lugar de reformar el gasto público, el Gobierno continúa solicitando recursos para financiar la administración estatal.
El discurso presidencial fue breve en materia económica, pero dejó claras sus prioridades: consolidar un modelo que enfrenta crecientes cuestionamientos. Analistas coinciden en que la gestión de Arce no ha implementado medidas drásticas para enfrentar los problemas estructurales del país, agravando la crisis y dejando al próximo gobierno en una situación más compleja.
Mientras Bolivia atraviesa una de las crisis económicas más severas de los últimos años, las críticas al modelo plurinacional y las políticas de Arce siguen creciendo. Las elecciones próximas prometen ser un campo de disputa clave entre un oficialismo en defensa de su legado y una oposición que exige cambios profundos.