La cabina de Radio Kawsachun Coca fue el lugar donde el expresidente Evo Morales y el entrevistador Ramiro García compartieron una hora al aire, sin distanciamiento ni barbijos, y con los estornudos del líder del MAS, quien se refirió a la pandemia y al congreso de su partido.
Visiblemente resfriado, el exmandatario se excusó de los estornudos: «Perdón, ya se siente el frío», se le escuchó decir después del primero.
Mientras conversaban, a Morales se le escuchaba con la voz ronca y, cada vez que el locutor hablaba, se limpiaba con fuerza la nariz.
A mediados de enero de este año y en medio de la segunda ola de la pandemia, el jefe del MAS dio positivo a la COVID-19 y fue internado en la clínica privada Los Olivos, de Cochabamba. A fines de ese mes recibió el alta y aseguró que la COVID-19 es «fregadito».
Afirmó que cuando se contagió el virus sintió “un poco de agitación y tos”, también dolor de cabeza, pero no perdió el sentido del olfato. Entonces su recomendación fue “cuidarse y prevenir” porque el virus “no es un problema regional, es un problema mundial”.