El ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, denunció este jueves que al menos 1.500 personas afines al evismo tomaron por la fuerza el aeropuerto de Chimoré, en el trópico de Cochabamba. La acción, calificada como violenta, dejó daños en la infraestructura y generó alarma por la creciente tensión política en la región.
“Han tomado nuevamente el aeropuerto de Chimoré de forma violenta”, alertó Montaño en conferencia de prensa, y subrayó que el Gobierno está recopilando imágenes y registros de seguridad para identificar a los autores del asalto. “Vamos a presentar las denuncias penales que correspondan”, añadió.
Según la autoridad, los manifestantes ingresaron por la fuerza, vulnerando instalaciones de uso estratégico para el transporte aéreo. Esta acción se suma a otras protestas lideradas por el ala evista, que mantiene bloqueos en varias rutas de Cochabamba.
“Evo Morales es el enemigo del pueblo”, sentenció Montaño, acusando al exmandatario de impulsar acciones destinadas a desestabilizar al gobierno de Luis Arce. El ministro insistió en que la toma del aeropuerto no solo afecta al Gobierno, sino “al pueblo que necesita trabajar y movilizarse”.
La ocupación de Chimoré no es nueva. En años anteriores, el mismo grupo ya protagonizó incursiones en la terminal aérea, que históricamente ha sido utilizada como bastión político del evismo en el Chapare.
El Gobierno considera este acto como parte de un plan más amplio de presión y sublevación promovido por Morales, quien exige la habilitación de su candidatura para 2025. Mientras tanto, las operaciones en el aeropuerto se encuentran paralizadas.
Montaño advirtió que se están iniciando procesos judiciales por daños al patrimonio estatal. “No vamos a permitir más actos de violencia ni tomas ilegales. Los responsables deberán rendir cuentas ante la justicia”, sostuvo.
Finalmente, el ministro hizo un llamado a la calma y exhortó a los dirigentes a “no poner en riesgo la paz social por intereses personales”. El Gobierno anticipó que reforzará las medidas de seguridad en la zona para evitar nuevas tomas o daños a instalaciones estratégicas.