Full joda. Bastante humor, lo cual es bueno y para aplaudir en estos tiempos, pero, PERO, P-E-R-O…
La doble moral de los comunicadores no deja de sorprender.
Muestran un boliche «top» de Santa Cruz, el reportero come y chupa sin sonrojarse (hace dos semanas hasta se desmayó «on air» luego de meterle tres «cortos»). Luego llega la unidad móvil de alguna intervención edil a un local donde se consumían bebidas alcohólicas. ¡Horror, horror, maldita borrachera!
Notan cómo los presentadores «pontifican» diferente en ambos casos. Uno lo celebran y otro lo critican. En uno dicen ¡salud! y en otro gritan ¡qué barbaridad, oh por Dios!
Eso sin recordar las veces que Leo se tomó un chop de cerveza diario «en vivo», auspicio mediante, o sin mencionar el trabajo de maestro de ceremonias de eventos de Héctor (aunque siempre despreció el «cariño» de los pasantes), o aludir que Miriam al ser pareja de un músico conoce bien el mundillo pub paceño, especialmente los karaokes.
Pregunto: ¿Será que los presentadores, reporteros o periodistas nunca toman o nunca «comparten»? ¿Será que las cláusulas de mantener buen comportamiento e imagen en sus contratos televisivos los vuelven una especie de sacerdotes inmaculados de la moral?
Eso sin mencionar el nulo conocimiento de economía (acción humana) en esta crisis que ya deja en bancarrota a los empresarios de locales nocturnos. Y ojo, no estamos haciendo apología al contagio.
Ya pues, señores de Bolivisión, ¿tomamos o no tomamos? o «es depende» del vaso por donde se mira y juzga a la sociedad…
Autor: Iván Rada