No es nuevo ni de extrañar que los argentinos de «alto nivel» sean cómplices del masismo delincuente. Basta recordar la presencia de los «periodistas» que vinieron a cubrir el «golpe a Evo» en octubre de 2019, un mes antes que se desencadene todo, casi como si tuvieran un guión armado.
Esos pobres tipos, pues no ameritan el digno tenor de PERIODISTAS, incluso hacían posar a las militantes masistas que incendiaban la Pérez y San Francisco. Todo para mostrar la «violenta represión policial contra las humildes mujeres» y transmitir la «guerra en las calles de La Paz». ¡Di la verdad! gritó una valiente paceña.
Lo de Basteiro es un insulto total, pero los lacayos del régimen como el famoso honorable Juanito, dicen que no es injerencia porque «es un tema de los pueblos indígenas originarios». ¿La marcha masista es una reivindicación de los pueblos originarios? Claro, pero la marcha indígena de tierras bajas es una «movilización pagada por la derecha y los terratenientes para defender sus latifundios, etc.» Solo falta que acusen de «xenofobia» y metan a la cárcel a quienes le recuerdan a Basteiro que vulneró la Convención de Viena.
Si el embajador de otro país se hubiera manifestado a favor del paro cívico, seguro los muchos juanitos ya estarían con el grito de «injerencia contra la soberanía del pueblo» y marchas a plaza Murillo con el ultimátum «hasta las últimas consecuencias» para la «expulsión inmediata» del susodicho diplomático.
Veamos qué hace la oposición desde la acción legislativa. En Perú declararon «persona no grata» al tirano boliviano a partir de una iniciativa congresal que ahora revisará Cancillería. Tal vez la rechace, pues Pedro Castillo es el Evo peruano, aunque dos tallas menor.
No importa, la figura fue lanzada y esa sanción moral es tácita y quedará más allá del victimismo racista al que siempre apela el sujeto.
Declaraciones y comunicados legislativos de las bancadas de Creemos y CC deben salir YA!
Finalmente, solo para recordarle al impresentable peronista / kirchnerista, que se jacta de haber compartido charlas con el tirano en la mansión de San Isidro, Buenos Aires, el comentarista Santiago Cuneo (otro zurdo) reveló que Evo pasó su año dorado de «asilado», en fiestas «con señoritas que nada tienen que ver con la revolución en Bolivia».
Esa es la calidad de socialistas latinoamericanos que se pasan las normas y la moral por las partes innobles y que hoy quieren volver a la orgía de privilegios e impunidad en y desde La Paz… ¡Atentos!