El estreno de «El Compadre era mi Padre» ha despertado un intenso debate en Bolivia. El documental, dirigido por Jorge Luis Palenque, indaga en la vida y la descendencia del icónico Carlos Palenque, mostrando el impacto de su legado en sus seis hijos. A pocas horas de su lanzamiento, la producción ya había generado más de mil comentarios en redes sociales, evidenciando el gran interés del público.
Uno de los aspectos más criticados del documental es la falta de contexto histórico para comprender el peso de la figura de Palenque y su influencia en la política y la sociedad boliviana. Para nuevas generaciones o espectadores fuera del país, la importancia del clan Palenque podría pasar desapercibida.
Entre las declaraciones más impactantes destaca la de Sayuri Loza, quien se autodenomina «la hija escondida». Su ausencia en el funeral de Palenque en 1997, junto con la de Jorge Luis y Anita, expone el drama de los hijos no reconocidos. «Siempre he sido la hija escondida», confiesa Sayuri, reflejando el dolor de una historia familiar fragmentada.
El documental alcanza su punto de mayor tensión cuando Jorge Luis pregunta a su hermana Pupi Palenque: «¿Tú te acuerdas dónde estábamos el día del entierro?». La respuesta vacilante y la incertidumbre de los hermanos revelan el vacío emocional que dejó el padre ausente y la idealización pública de su figura.
La producción evita abordar el impacto político de Palenque en su familia. «El documental elude enfrentar la verdad más incómoda: que los hijos también fueron víctimas de la exposición mediática y la politización de su apellido», señala un crítico. En su lugar, la narrativa se centra en recuerdos de infancia, juegos y anécdotas afectuosas que intentan mantener viva su memoria.
Para muchos, la familia Palenque representó el primer intento de construir una dinastía política en Bolivia. Carlos Eduardo Palenque (Cae) resume el peso de ese legado: «Desde jóvenes, por el simple hecho de ser hijos del Compadre, la gente creía tener derecho a opinar sobre nuestras vidas».
A pesar de las críticas, el documental logra un hito significativo: el reconocimiento de Sayuri Loza como una más entre los hijos de Palenque. «Golazo de media cancha, querido Jorge Luis», exclama un espectador en redes, destacando que, con esta inclusión, se repara en parte una deuda que su padre dejó pendiente en vida.
A 28 años de su muerte, el «reality show» de los Palenque sigue vivo, con una audiencia que no deja de analizar cada detalle de su historia. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo los hijos del Compadre seguirán lidiando con la sombra de su apellido?