El problema con el candidato vacacionista del masismo, no es el sobreprecio aún no auditado del Teleférico, única figura que tiene para seducir al ingenuo imaginario votante, sino que el tipo cree que lo hizo bien, cuando la estatal del transporte por cable es deficitaria hace tres años o más.
En el último programa del periodista Juan Pablo Guzmán, éste le preguntó al entonces gerente, ¿por qué las cifras rojas del Teleférico? El altanero respondió molesto, que la empresa estatal no tenía objetivos de lucro sino «vocación de servicio y mejora en la calidad de vida de los usuarios». Es decir, no ganamos plata, pero estamos subvencionados. Claro, cualquier empresa en quiebra puede seguir operando si recibe inyección del Estado. Eso, señores, no es ser exitoso sino todo lo contrario.
Tras esa pregunta molesta (al día siguiente) el periodista anunciaba su despido de Bolivisión.
Hoy, el vacacionista se apoya en esa falsa imagen de ser un «exitoso gerente», cuando «su» empresa solo acumuló cifras negativas. Asimismo, solo se cobija en una visión centralista de coordinar todo con su compadre, el presidente debiLucho Arce.
Como añadido, Dockweiler es un candidato ilegal, porque se fue de vacaciones todo un año. Lo dijo en varias entrevistas e incluso lo acentuó en un programa de concursos de la misma Bolivisión, y eso está grabado.
No estuvo en su circunscripción municipal dos años inmediatos a la elección, tampoco cuenta con el respaldo de tener asilo o refugio certificado por un Estado, y por tanto, incumple el requisito de residencia de la Ley 026 y la propia CPE, todo con la vista gorda del TED azul de La Paz.
Se confirma, chuk’utas, que la impostura, la manipulación de cifras, la mentira y la ilegalidad son marca distintiva del masismo delincuente…
Autor: Iván Rada