Por Walter Pérez
La derrota ante Brasil (5-0) del viernes fue humillante por eliminatorias al mundial de Catar 2022 dolió mucho en la fanaticada que ama el fútbol.
Los jóvenes al mando del venezolano César Farías, cayeron estrepitosamente y alguno que otro titular de periódico califico la misma de “Desastre nacional”.
En principio considero que los jugadores que dieron la cara, en principio le tuvieron mucho respeto a los rivales, todos ellos de categoría mundial y que juegan en los más importantes equipos del mundo. Pero no era para tanto, sino era la oportunidad de ponerse a su altura y demostrar el temple del jugador boliviano. Algo que la dirección técnica al parecer se olvidó de inculcarles.
El amor propio fue sobrepasado, no había manera de frenar a Neymar que además de ser el mejor jugador del Brasil se lució porque tenía al frente a nóveles jugadores que le tenían miedo marcarlo y dejaban que haga lo que le diera en gana en el campo de juego.
Ahora, ¿tendremos la moral de crucificar a nuestros jugadores? Creo que no, porque hubo el valor de que cambiar a más de medio equipo, muchos de los cuales debitaban con la camiseta nacional.
Pero lo que se tiene que hacer es fortalecer el valor y la fuerza para enfrentar a sus similares sin tenerles miedo. Eso debe ser parte de la autocrítica que debe hacer el cuerpo técnico para enfrentar a nuestro próximo rival que será la selección de Messi, es decir la Argentina.
Seguro que los dirigentes tras el resultado echaron su grito al cielo y piensan en quitarle la cabeza a Farías.
En principio esos señores no tienen la moral para hacer ninguna crítica, porque por su culpa el fútbol esta como lo vimos la noche del viernes. En vez de buscar cómo llevarse la plata ($u 10 mil) que paga la Conmebol al presidente de la FBF nos hacen quedar en ridículo.
A eso se suma la postura de los clubes Bolívar y Wilstermann que no cedieron a sus jugadores. Como si falta hubieran hecho. En primer, lugar que tienen que defender los de Bolívar si están fuera de la Copa Libertadores de América y los aviadores que cuidan si están al borde de la eliminación sino ganan su próximo partido ante Colo Colo. Lo que hicieron fue una traición y el técnico no debería volver a contar con ninguno de los jugadores de esos dos equipos y que no les den plata, haber, si no van a chillar.
Es increíble que la dirigencia hasta ahora no reanude el campeonato, mientras en otros países sus torneos se reanudaron. Es increíble que los enfrentamientos sigan en los titulares en vez de trabajar por el deporte y el fútbol boliviano.
Estos señores deberían ir a la cárcel por estafadores y demagogos. Ellos venden ilusiones al público que paga con su dinero las entradas para ver un buen espectáculo. Ellos tienen la culpa de que nuestros jugadores dejen lo necesario sin ir más allá en la cancha.
Por eso esa situación tiene que terminar para que dejen de humillarnos a nuestro nombre y nos hagan quedar mal.