El pasado 17 de abril, el banco Fassil anunció la inhabilitación de sus servicios en tarjetas de crédito, débito y prepagadas, lo que ha generado una gran preocupación en los usuarios de la entidad bancaria. Esta situación ha llevado a una movilización ciudadana en Bolivia, exigiendo una pronta solución, ya que los servicios inhabilitados son esenciales para las operaciones nacionales e internacionales.
El banco Fassil ha atribuido la suspensión de sus servicios a «una serie de desafíos inesperados» que han afectado su situación financiera. Sin embargo, se ha especulado que la entidad bancaria estaría en peligro de quiebra debido a la escasez de dólares en Bolivia.
Roger Edwin Rojas, presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), ha culpado a la difusión de noticias falsas de la falta de dólares en el país. Pero, para el exrepresentante del BCB, Juan Antonio Morales, la falta de moneda estadounidense surge por los altos déficits fiscales acumulados por Bolivia desde 2015.
Uno de los programas sociales más generosos del gobierno de Evo Morales y Luis Arce, que se financiaba con los recursos del Estado, sería el subsidio a la compra de combustibles que Bolivia importa y paga en dólares en los mercados internacionales.
La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) ha señalado que, aunque no descarta posibles sanciones contra el banco Fassil, los ahorros de los ciudadanos no corren peligro. El director de la ASFI, Reynaldo Yurja, ha destacado que Fassil no ha sido intervenido, sino que se encuentra bajo un Plan de Regulación, que permite a la entidad aplicar acciones para superar algunas debilidades en un plazo máximo de tres meses.
Ante esta situación, los ciudadanos bolivianos han expresado su descontento en las redes sociales, exigiendo una solución pronta y efectiva para evitar mayores consecuencias económicas en el país.
Según el economista Juan Antonio Morales, la falta de dólares en Bolivia se convierte en un problema estructural que debe ser abordado con políticas públicas de largo plazo y no solo con medidas paliativas. La situación del banco Fassil es un llamado de atención para las autoridades financieras del país y para la ciudadanía en general sobre la importancia de contar con una economía sólida y estable.