Un reciente estudio cualitativo de la Friedrich Ebert Stiftung (FES) en Bolivia refleja una percepción alarmante sobre la situación del país: un 89,6% de los encuestados considera que Bolivia va por «mal camino», mientras que el 86,6% califica la situación económica como «mala» o «muy mala».
Desde septiembre de 2023, la percepción negativa sobre la economía ha ido en aumento, mientras que la visión positiva se encuentra en caída libre. Actualmente, solo un 12,6% cree que la situación es «regular» y apenas un 0,7% la califica como buena.
El informe, elaborado en el marco del «Proyecto de Análisis Prospectivo y Diálogo», se basó en respuestas de 135 analistas, periodistas y actores políticos a través de la plataforma SurveyMonkey. Aunque el estudio no pretende ser representativo, sus hallazgos ofrecen un panorama crítico de la realidad boliviana.
El pesimismo sobre el futuro económico es evidente. El 78,5% de los encuestados cree que la situación empeorará en los próximos seis meses, mientras que solo un 6,6% considera que mejorará. Estos datos reflejan una crisis de confianza en la dirección económica del país.
La desaprobación hacia el presidente Luis Arce también es contundente. Un 80,7% de los consultados rechaza su gestión, mientras que apenas un 7,4% la aprueba. Además, los encuestados lo aplazan en áreas clave, como la reactivación económica, lucha contra el narcotráfico, corrupción, estabilidad de precios y gestión de conflictos sociales.
La crisis económica lidera la lista de preocupaciones ciudadanas con un 77%, seguida por la inflación y el incremento de precios (28,2%). En tercer lugar, aparecen las elecciones generales (25,9%), lo que sugiere una creciente incertidumbre política.
El estudio, realizado entre el 3 y el 17 de febrero de 2025, representa la primera ronda Delphi del año y confirma una tendencia de desconfianza y preocupación sobre el rumbo del país. «El panorama es cada vez más incierto, y las expectativas de mejora son mínimas», concluye el informe.
Con una economía en deterioro y una gestión altamente cuestionada, Bolivia enfrenta uno de sus momentos más críticos, con una población cada vez más escéptica sobre su futuro.