El presidente Luis Arce anunció la anulación del uso de activos virtuales por parte de YPFB, como parte de un paquete de medidas destinadas a enfrentar la crisis de divisas, combustibles y alimentos. El pronunciamiento fue realizado la noche del viernes desde la Casa Grande del Pueblo, en medio de un creciente clima de especulación y desconfianza económica.
“YPFB ya no tendrá autorización para utilizar activos virtuales”, señaló Arce, asegurando que la medida apunta a desactivar la especulación que elevó el tipo de cambio en los últimos días. Aunque admitió que “la estatal no realizó ninguna operación en criptoactivos, la especulación ganaba a la realidad en nuestra economía nacional”.
Tras el anuncio, entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, el precio del dólar cayó drásticamente en los mercados paralelos y digitales. El analista Miguel Amonzabel confirmó a Correo del Sur que la divisa estadounidense bajó a Bs 14,80, tras haber superado los Bs 18 semanas atrás.
En Sucre, los librecambistas redujeron el precio de venta del dólar de Bs 18 a Bs 17, mientras que otros mercados replicaban esta tendencia. El portal especializado bolivianblue.net reportó que el dólar llegó a Bs 15,72, aunque luego empezó a estabilizarse de forma gradual.
Al mediodía del sábado, una revisión de varios portales de cambio mostró que el dólar paralelo se ubicaba entre Bs 16,40 y Bs 16,42, reflejando una alta volatilidad en el mercado informal. Esto refuerza el diagnóstico de economistas que vinculan la crisis cambiaria con fallas estructurales en el sector energético.
“Estamos ante un síntoma, no la enfermedad. La raíz del problema sigue siendo la dependencia de importaciones de diésel y gasolina, el agotamiento de las reservas y la ausencia de nuevas exploraciones”, explicó el economista Luis Terán, consultado por este medio.
Pese a la caída del dólar, la escasez de combustibles y productos de la canasta básica persiste, con largas filas en estaciones de servicio y centros de abasto. La ciudadanía aún no percibe mejoras concretas, pese a las recientes medidas del Ejecutivo.
Organizaciones sociales y analistas advierten que si el Gobierno no toma medidas estructurales, la inestabilidad monetaria y el desabastecimiento podrían intensificarse en las próximas semanas, afectando directamente el poder adquisitivo de la población.