Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, lanzó una severa advertencia a los países del bloque BRICS+, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, al declarar que enfrentará con aranceles del 100% a aquellos que respalden una moneda alternativa al dólar.
«Requerimos un compromiso de estos países de que no crearán una nueva moneda BRICS ni respaldarán otra que reemplace al poderoso dólar estadounidense, o se enfrentarán a aranceles del 100%, y dirán adiós a la maravillosa economía estadounidense», expresó Trump en un comunicado publicado en su red social, Truth Social.
La posibilidad de una moneda conjunta entre los países BRICS surgió como propuesta en la cumbre de 2022 celebrada en Sudáfrica, aunque hasta ahora no se ha logrado avance alguno en esta iniciativa.
Trump aseguró que su administración no permitirá movimientos que pongan en riesgo el liderazgo del dólar en la economía global. «La idea de que los países BRICS están intentando alejarse del dólar mientras nosotros nos quedamos de brazos cruzados observando se acabó. Que se busquen otro pardillo,» declaró contundentemente.
En los últimos días, el presidente electo ha recurrido nuevamente a los aranceles como herramienta de presión diplomática. Además de las amenazas al BRICS, Trump también ha advertido con imponer aranceles del 25% a todas las importaciones mexicanas y canadienses, y un 10% adicional a bienes chinos. «No toleraremos que estos países faciliten la migración ilegal y el tráfico de drogas,» afirmó.
El anuncio generó reacciones diversas en el ámbito internacional. Mientras algunos analistas consideran que esta medida intensificará las tensiones económicas, otros la ven como una estrategia para reforzar el papel del dólar frente a los desafíos globales.
China y Rusia, líderes clave del BRICS+, no han respondido oficialmente a las declaraciones de Trump. Sin embargo, medios cercanos al bloque aseguran que el tema de la moneda conjunta sigue en discusión como parte de una estrategia para diversificar la dependencia financiera de Estados Unidos.
Con una política exterior marcada por el uso de sanciones y aranceles, Trump prepara el terreno para lo que promete ser un mandato caracterizado por una firme defensa de los intereses económicos de Estados Unidos.