Trato de ser respetuoso en las redes, sobre todo en este espacio que nos regala Zuckerberg a cambio del simple acceso a toda nuestra privacidad. Tanto es así, que anoche, luego de buscar un servicio de tecnología en mi CPU, comencé a ver «sugerencias» en este feed de mi celular.
Pero al punto. La gente se alegra, y hace bien, con la racha de Lampe en Tucumán; lleva siete partidos con la valla invicta. Entonces, preveo esos pedidos porque vuelva a vestir la 1 en la Verde, imagino a decenas de comentaristas deportivos «exigiendo» que sea convocado y porte el brazalete de capitán para encaminar a la «gloriosa» selección al mundial 2026, etc.
Sin embargo, el fútbol casero, jugado a cámara lenta y que nos apasiona solo en la etapa de semifinales y final, no es competitivo, y mientras la mediocridad de tantos futbolistas sobreremunerados no se supere, el país jamás gozará de buenos resultados.
Explico: No puedes dar premio hasta el sexto u octavo equipo de la LFPB (Libertadores 1, 2, pre, Sudamericana 1, 2, 3, pre, grupos, anticipo siguiente año, etc.), con ello solo fomentas el conformismo. Ya nadie lucha por el título (díganmelo como Tigre que soy), la estrategia es quedar con algún premio y así salvar el año fiscal.
Veo o más bien recuerdo a algunos jugadores de barrio, familia y amigos, que se rajaban por competir, por ganar, desde la gaseosa de la mañana hasta la caja de cervezas de las 18:30. Otros entrenan duro, trotan por las noches luego del trabajo para defender los colores del club que les paga un par de billetes cada domingo. Hay incentivo de ganar. No me dejarán mentir quienes practican el balompie de ligas.
Si Lampe vuelve al fútbol casero, incluso solo para practicar dos semanas con la Verde, de seguro volverá a Argentina y recibirá una canasta de goles. No es especulación. Ya pasó con otros futbolistas venidos a menos o jubilados antes de tiempo…
Ahora que Copa (ya paso a otro tema fuera del fútbol) recibe de su propia medicina, la ponzoñosa saliva masista, sale a victimizarse y le secundan en redes con el discurso de violencia contra la mujer.
¡Epa! A ver… ¿Acaso no fueron las hordas masistas las que quemaron la casa de la familia de la Sole, precisamente cuando Copa era presidenta del Senado y ella no dijo nada? ¿Acaso no fueron los masistas delincuentes quienes antes empapelaron El Alto durante la campaña subnacional, mostrando a la Sole como «la sirvienta de Samuel», y ninguna ofendida copalover se indignó?
Parece que tenemos memoria corta y afanes de crear nuevos idolillos a falta de los que se fueron tras 14 años. Parece que hay bolivianas de primera y bolivianas de quinta, que pueden ser juzgadas, encarceladas, torturadas, perseguidas, por las primeras.
No, señores. Lo de Copa no es parte del «patriarcado» y demás ideología oenegera. Es la doble moral en acción.
Y sobre Todico, pues está demás decir algo de ese jefe pandillero que leyó dos libros rojos y así trepó como político de armas tomar. Violento ilustrado, político animal, que es distinto a animal político.
No se confundan, por más noble que parezca la queja y la denuncia, el trasfondo es politiquería entre exsocios.
Pregunto ¿si un opositor camba decía «esa loca», qué le hubiera pasado? ¡Correcto! Ya estaría en detención preventiva por violencia, acoso y además racismo y discriminación, no sin antes fuertes protestas de sindicatos masistas y Todico expresando: «esa es una muesta del racismo colonial de las oligalquías. Mi solidadidad con la hermana Eva».
Y hablando de Evas…
Y de Eva a Evaliz. Resulta que la hija del tirano también salió a victimizarse hace una semana, apelando a su «condición de clase y raza», todo para no responder a una petición de informe.
En realidad, quien no quiere dar datos sobre sus funcionarios, incluida Evaliz, es el procurador Chávez quien como buen jefe del bufete del proceso, inventó que aquella es «información reservada y personal», así como su «derecho a la privacidad».
¡Oiga!, funcionario público, usted tiene la obligación de informar si la señorita y otros subalternos cumplen o no cumplen requisitos, revelar cuánto ganan y sobre todo, qué hacen ocho horas diarias en ese monstruoso edificio detrás de la Juan Pablo en El Alto.
Y para rematar, nos enteramos que la Procuraduría gasta 1 millón de pesos para alimentar a todos esos burócratas, abogados y administrativos. Bs 1 millón para refrigerios es lo que tú, yo y el vecino les pagamos a estos servidores. Una especie de bono de té, pero «más mejor».
De este tema, con el cual cierro este «hilo» feizbukero, poco o nada se ha visto en el FB. Parece que ya no nos indigna nada y preferimos pasar el dedo para deslizar y buscar perritos o recetas.
Bien por los pocos opositores que realizan su labor legislativa fiscalizadora. Bien por algunos medios que de vez en vez marcan temas más allá de la guerra de insultos politiqueros «dijo, no fijo». Mal por nosotros que estamos perdiendo capacidad de asombro y nos conformamos con improperios antes que respuestas claras sobre el manejo de la cosa pública…
END