Cinco activistas tailandeses prodemocracia fueron inculpados hoy por intento de violencia contra la reina, cargo poco común en este país donde la monarquía es un tema tabú.
Los cinco militantes, que se encuentran en libertad bajo fianza, enfrentan penas que van de 16 años de prisión hasta la cadena perpetua.
Si son declarados de haber puesto en peligro la vida de la reina, podrían ser condenados a la pena de muerte, de acuerdo al artículo 110 del Código penal tailandés, que sanciona todo “acto de violencia contra la reina o su libertad”.
En octubre de 2020, el convoy en el que se desplazaban la reina Suthida y el príncipe Dipangkorn Rasmijoti pasó por un barrio en el centro de Bangkok en el que se manifestaban más de 10 mil personas. Decenas de manifestantes levantaron tres dedos ante su vehículo, signo de resistencia tomado de la película «Hunger Games» y un gesto de desafío a la autoridad real sin antecedentes en este país, donde la monarquía está protegida por una legislación descomunal sobre los delitos de lesa majestad. Entonces, la Policía realizó algunas detenciones.
Uno de los acusados, Bunkueanun «Francis» Paothong, de 21 años, declaró hoy que no tenía ninguna intención de provocarle daño a la reina, explicando a la prensa que vivió “cinco meses insoportables y horribles” de vacío judicial.
Casi una veintena de manifestantes se encuentran actualmente encarcelados, acusados de delitos de lesa majestad y sedición.