El barrio de Bajo Llojeta, en La Paz, volvió a inundarse la noche del sábado, una semana después de la mazamorra que afectó gravemente a la zona. Intensas lluvias desataron desbordes de agua y lodo en la urbanización Santa Cecilia, donde más de 40 viviendas ya habían sido anegadas el pasado sábado.
A pesar de que la Alcaldía calificó las lluvias como “moderadas”, videos en redes sociales mostraron el impacto de la inundación en las mismas calles afectadas hace una semana. Vecinos vivieron momentos de angustia mientras el agua volvía a arrasar con la zona.
“El grupo GAEM está alerta, se ha hecho sonar la alarma para que los vecinos tomen previsiones. También todos los grupos de emergencia se activaron inmediatamente,” informó Gonzalo Barrientos, director de Gobernabilidad, desde el lugar del desastre.
Sin embargo, los residentes criticaron duramente la gestión municipal. “Es inconcebible que la Alcaldía, con supuestos especialistas, brille por su inacción,” reclamaron molestos los vecinos. La maquinaria enviada al lugar dejó de operar por motivos de seguridad, según explicaron las autoridades.
Para proteger a los afectados, una retroexcavadora fue utilizada para transportar a los vecinos de un extremo a otro, evitando que quedaran atrapados. “La maquinaria dejó de trabajar para precautelar la seguridad de los operadores,” precisó Barrientos.
En paralelo, el alcalde Iván Arias convocó a la inmobiliaria Kantutani y a la empresa Cementerio Los Andes a una reunión técnica, programada para este domingo en el Edificio 10 de la calle Mercado. El objetivo es discutir un plan de contingencia que mitigue los deslizamientos y desbordes en Bajo Llojeta.
Barrientos enfatizó que la empresa Cementerio Los Andes debe asumir su responsabilidad por los daños ocasionados. “Han generado este movimiento de tierras y requerimos un plan de contingencia urgente,” sostuvo. La empresa confirmó su participación en la reunión, mostrando disposición para abordar la problemática y evitar mayores afectaciones.
Mientras tanto, la incertidumbre y el temor persisten entre los vecinos de Bajo Llojeta, quienes esperan soluciones concretas ante los riesgos que enfrentan diariamente.