La música folclórica boliviana despidió este martes a uno de sus máximos referentes. Luis Carrión, reconocido cantante y compositor cochabambino, falleció a los 78 años, dejando una huella imborrable en el arte nacional, especialmente en el género de la kullawada.
Carrión fue autor de letras profundas y melodías que se convirtieron en himnos del folclore boliviano. Entre sus obras más emblemáticas se encuentran canciones como “Juventud”, “Elizabeth”, y versos como: “Quién, dime quién, te amó más que yo…”, que continúan resonando con fuerza en el imaginario colectivo.
Con más de 100 galardones recibidos a lo largo de su carrera, tanto dentro como fuera del país, Carrión fue reconocido por su talento, su aporte cultural y su defensa permanente de la música boliviana. Su trabajo fue celebrado en escenarios, festivales y homenajes que valoraron su trayectoria artística.
La noticia de su fallecimiento fue confirmada por diversos medios y por la Sociedad Boliviana de Autores y Compositores de Música (SOBODAYCOM), institución que destacó su legado. “Luis Carrión fue una voz irremplazable del folclore nacional”, señalaron en un comunicado.
El cantante Wilson Molina, amigo cercano de Carrión, también expresó su pesar con un emotivo mensaje: “Descansa en paz querido Luchito. Tu música, carisma y humanidad quedan como legado entre tu familia, amigos y seguidores”, escribió en sus redes sociales.
Además de su talento como intérprete, Carrión fue un defensor del patrimonio musical tradicional, impulsando a nuevas generaciones y participando activamente en la preservación de la identidad cultural boliviana. Su figura fue símbolo de constancia, humildad y pasión por el arte.
La kullawada, género con raíces profundas en la identidad andina, encontró en Carrión una de sus voces más fieles y emotivas. “Marcó un antes y un después en la música de nuestro país”, afirmaron varios artistas que lo consideraban un referente.
Aunque su voz se ha apagado, el legado de Luis Carrión vivirá en cada nota, en cada verso y en cada corazón que aún corea sus canciones. Bolivia llora su partida, pero celebra su vida a través de la música que deja como eterno regalo.