Las intensas lluvias que azotan Bolivia desde noviembre de 2024 han cobrado la vida de 16 personas, informó el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes. Los decesos se distribuyen entre Chuquisaca (5), Cochabamba (6), La Paz (3), Potosí (1) y Tarija (1). Entre las víctimas, un bebé de ocho meses fue arrastrado por el río Piquendo en Alto Beni, La Paz. «La situación es trágica y requiere respuestas inmediatas,» afirmó Calvimontes.
A la fecha, ocho de los nueve departamentos del país, excepto Oruro, se encuentran afectados por las precipitaciones. Las lluvias han ocasionado crecidas de ríos, mazamorras, derrumbes e impacto de rayos, afectando comunidades enteras.
Según el reporte oficial, 36 municipios están en emergencia, con 5.133 familias damnificadas y 194 viviendas destruidas. Los municipios paceños de Apolo, La Asunta y Luribay se declararon en desastre, evidenciando la magnitud del impacto.
El Comando Conjunto de Respuesta a Eventos Adversos (CCREA) movilizó 2.727 efectivos militares para operaciones terrestres, aéreas y fluviales. Estas acciones incluyen 1.252 efectivos del Ejército, 795 de la Fuerza Aérea y 680 de la Armada.
Las lluvias torrenciales del martes provocaron el desborde del río Cotagaita en Potosí, afectando a 730 familias y destruyendo 170 hectáreas de cultivos. En La Paz, la intensa precipitación durante nueve horas generó el desborde de los ríos Huayñajahuira, Achumani e Irpavi, con caída de muros y daños a la infraestructura vial.
El Senamhi emitió dos alertas hidrológicas vigentes hasta el 13 de enero, advirtiendo posibles desbordes de ríos en gran parte del territorio nacional. «Estamos monitoreando La Paz y Cochabamba por riesgo de deslizamientos en zonas críticas,» señaló Calvimontes.
A las lluvias se suman heladas y granizadas que han impactado a cinco departamentos desde noviembre. «Dos municipios se declararon en desastre y un total de 14.280 familias han sido afectadas o damnificadas,» detalló el viceministro.
Las autoridades han instado a la población a tomar precauciones y mantenerse informada a través de los reportes oficiales. La coordinación interinstitucional es clave para mitigar el impacto de este fenómeno climático que continúa afectando a Bolivia.