El gobierno estadounidense reafirmó su compromiso con Filipinas y llamó a Beijing a poner fin a su «conducta provocadora e insegura» en el Mar de China Meridional. El Departamento de Estado emitió un comunicado en el que condena el bloqueo que un buque guardacostas chino realizó a una patrulla filipina cerca del archipiélago Spratly, y advierte que cualquier ataque contra las Fuerzas Armadas de Manila será respondido por Estados Unidos.
Las declaraciones de la Casa Blanca se producen dos días antes de la reunión entre el presidente Joe Biden y su homólogo filipino, Ferdinand Marcos Jr, donde se espera que se aborde el reclamo de Beijing sobre casi todo el Mar de China Meridional, a pesar de una sentencia internacional que sostiene que esta postura carece de base jurídica.
El presidente filipino ha insistido en que no permitirá que China avasalle los derechos de su nación en el mar y buscará «bajar el tono de la retórica» del conflicto para evitar una escalada en las tensiones, como ya ocurrió en las disputas territoriales con otros países de la región.
Estados Unidos, si bien se mantiene al margen del reclamo, ha desplegado buques de guerra y aviones de combate para asistir en las patrullas y las maniobras militares junto con los aliados regionales, para defender la libertad de navegación en este área que forma parte de la zona económica exclusiva filipina.
Beijing ha apuntado contra este acercamiento y teme el desembarque de tropas de Washington en los puntos de vigilancia al norte del país, frente a Taiwán y al Mar en disputa. En cambio, ha destruido miles de hectáreas de arrecifes para crear islas militarizadas con pistas de aterrizaje, puertos y sistemas de radar que le permitan contrarrestar la presencia enemiga y extender sus operaciones de ataque.
El bloqueo a la patrulla filipina tuvo lugar el pasado domingo frente al archipiélago Spratly, cuando el buque chino bloqueó el paso de los barcos filipinos que transitaban por la disputada vía marítima. Los barcos filipinos habían manifestado su intención de ingresar en la zona para realizar un «reconocimiento del lugar», pero la contraparte respondió negando la autorización de paso. El incidente se produjo en el Second Thomas Shoal, la zona más caliente de la disputa y por donde transita gran parte del comercio mundial, estimado en unos USD 5 billones anuales.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, ha descrito las imágenes del incidente como un recordatorio del «acoso e intimidación de China» y ha reiterado el compromiso de Estados Unidos con Filipinas. «Cualquier tipo de ataque contra las Fuerzas Armadas de Manila desencadenaría una respuesta estadounidense», ha advertido.