Estados Unidos anunció este viernes que no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, insistiendo en que Edmundo González Urrutia es el legítimo ganador de las elecciones de 2024. El secretario de Estado, Antony Blinken, instó a que González se juramente como mandatario para iniciar una transición democrática.
“Hoy, Nicolás Maduro celebró una ceremonia de investidura presidencial ilegítima en un intento desesperado por tomar el poder”, declaró Blinken en un comunicado tras la juramentación de Maduro ante la Asamblea Nacional controlada por el chavismo. Según Washington, los resultados presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) son fraudulentos.
Blinken afirmó que «Maduro perdió claramente las elecciones presidenciales de 2024 y no tiene derecho a reclamar la presidencia». En este contexto, enfatizó: “El presidente electo Edmundo González Urrutia debe juramentar y comenzar la transición democrática. Estados Unidos está dispuesto a apoyar el retorno a la democracia en Venezuela”.
La Casa Blanca también intensificó su presión contra el régimen chavista, aumentando a 25 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura de Nicolás Maduro, a quien acusa de narcotráfico. Recompensas similares fueron anunciadas para Diosdado Cabello y Vladimir Padrino, ministros del Interior y de Defensa, respectivamente.
Además de las medidas judiciales, Estados Unidos reforzó sanciones económicas contra el entorno de Maduro, prohibiendo la entrada al país de 2.000 personas relacionadas con su gobierno e imponiendo restricciones a 187 individuos vinculados al régimen.
En el plano humanitario, el gobierno de Joe Biden confirmó la extensión por 18 meses del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) para migrantes venezolanos en EE.UU., en respuesta a la «grave emergencia humanitaria» que atraviesa Venezuela. Este programa beneficiará a miles de ciudadanos que buscan refugio en territorio estadounidense.
El respaldo a González Urrutia también fue reiterado con un llamado de Washington a la comunidad internacional para que no reconozca a Maduro como líder legítimo. “Las voces de los venezolanos deben ser escuchadas y sus votos respetados. El retorno a la democracia es imprescindible”, subrayó Blinken.
La juramentación de Maduro, considerada ilegítima por buena parte de la oposición y países extranjeros, aviva la crisis política en Venezuela. Con una economía colapsada y un éxodo masivo de ciudadanos, la presión sobre el régimen chavista se incrementa, mientras crece la incertidumbre sobre el futuro político del país.