La ausencia de pronunciamientos de Cuba sobre su posible participación en la toma de posesión de Nicolás Maduro ha causado sorpresa y especulación a nivel internacional. A pocas horas del evento en Caracas, ni Miguel Díaz-Canel ni representantes oficiales del régimen cubano han confirmado su asistencia.
Este silencio contrasta con los numerosos mensajes de respaldo que La Habana emitió tras los cuestionados comicios del 28 de julio de 2024, en los que Maduro fue declarado vencedor con el 51,2 % de los votos, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). La oposición, sin embargo, sostiene que el resultado real favoreció a su candidato, Edmundo González Urrutia, con base en más del 80 % de las actas publicadas.
Miguel Díaz-Canel fue uno de los primeros líderes internacionales en felicitar públicamente a Maduro. El mismo día de las elecciones, escribió en la red social X: “Hoy triunfó la dignidad y el valor del pueblo venezolano sobre presiones y manipulaciones. Transmito al hermano presidente Nicolás Maduro nuestras afectuosas felicitaciones por esta victoria histórica”.
Días después, el 30 de julio, Díaz-Canel reiteró su apoyo y lanzó duras críticas a quienes cuestionaron el proceso electoral. “Los que cantaron fraude antes de las elecciones; los que descalifican sin argumentos el triunfo de Nicolás Maduro, están en el bando de los que odian y destruyen, el de los enemigos de Venezuela y de Nuestra América”, señaló en otra publicación.
Paralelamente, el canciller cubano Bruno Rodríguez también manifestó el respaldo de su gobierno. El 24 de julio, calificó de “injerencistas” las críticas internacionales y aseguró que “la Revolución Bolivariana y Chavista seguirá victoriosa como eligió su pueblo”. Además, el 16 de agosto condenó la resolución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que declaró ilegítimas las elecciones venezolanas.
A pesar de estas declaraciones de apoyo, organismos internacionales y gobiernos latinoamericanos han pedido una revisión independiente de los resultados electorales. La OEA exigió la publicación completa de la documentación electoral, calificando de “insuficientes” las explicaciones del CNE.
El respaldo de Cuba al régimen de Maduro no ha variado, pero su falta de confirmación para asistir a la ceremonia en Caracas genera dudas sobre posibles tensiones internas o estratégicas. Algunos analistas sugieren que La Habana podría estar evaluando su posición en medio de crecientes presiones internacionales.
La falta de claridad sobre la asistencia cubana a la toma de posesión de Maduro deja abierto un interrogante. “¿Qué estará tramando La Habana?”, se preguntan opositores y observadores, mientras los lazos entre ambos gobiernos se mantienen firmes en medio de una creciente controversia regional.