China se encuentra sobre una reserva colosal de torio, un elemento radioactivo que podría abastecer su demanda energética por 60.000 años. Un estudio recientemente desclasificado reveló que la mina de Bayan Obo, en Mongolia Interior, alberga aproximadamente 1 millón de toneladas de este material, lo que la convierte en la mayor fuente conocida del mundo.
«Este descubrimiento cambia las reglas del juego«, señalaron geólogos citados por el South China Morning Post. Hasta ahora, se creía que las reservas chinas de torio oscilaban entre 100.000 y 300.000 toneladas, pero los nuevos datos elevan esa cifra a niveles nunca antes vistos.
El torio, que es entre tres y cuatro veces más abundante que el uranio, se obtiene como subproducto de la minería de tierras raras, un sector donde China ya domina el mercado global. No obstante, su explotación comercial a gran escala aún enfrenta desafíos tecnológicos y medioambientales.
A pesar de su enorme potencial, China no ha desarrollado plenamente el uso del torio en su industria energética. «El problema es la gestión de los residuos radiactivos», explicó el informe. La extracción y procesamiento de este elemento requiere el uso de ácidos y metales alcalinos, lo que genera desechos tóxicos que deben ser tratados con extremo cuidado.
Aun así, el torio es visto como una alternativa atractiva a los combustibles fósiles y al uranio. A diferencia de los reactores tradicionales, los reactores de torio son más seguros, generan menos desechos radiactivos y reducen el riesgo de proliferación nuclear.
China ya está probando esta tecnología con el reactor TMSR-LF1 de 2 MW y planea escalarlo a 10 MW para 2030. Si los resultados son exitosos, se podrían desarrollar centrales nucleares de torio de hasta 100 MW, consolidando el liderazgo del país en energía nuclear alternativa.
«Las energías renovables tienen un problema de intermitencia. El torio podría ofrecer una solución confiable y sustentable«, destacó el estudio. Aunque su implementación requerirá una gran inversión, este hallazgo sitúa a China en la vanguardia de la transición energética global.