El pasado sábado 31 de julio, la Fuerza Aérea Brasileña interceptó una aeronave clasificada como sospechosa, según fuentes de Inteligencia de la Policía Federal. La misma ingresó al espacio aéreo brasileño procedente de Bolivia. Las acciones involucraron a dos aeronaves de combate turbohélice, un Embraer A-29 Super Tucano y un helicóptero FAB H-60 Black Hawk, además de todo el Sistema Brasileño de Defensa Aeroespacial (SISDABRA).
Un Cessna 182 Skylane volaba sobre el espacio aéreo de Rondônia cuando fue interceptado a las por un A-29A Super Tucano de la Fuerza Aérea. El caza aplicó el Protocolo de Investigación e Intervención de la Policía del Espacio Aéreo, hasta que se ordenó al piloto cambiar de ruta. Todo esto se llevó a cabo bajo la coordinación conjunta del Comando de Operaciones Aeroespaciales (COMAE), el Cuarto Centro Integrado de Defensa y Control de Tráfico Aéreo (CINDACTA IV, sede del Sistema de Vigilancia Amazónica-SIVAM) y la Policía Federal.
La aeronave interceptada no respetó las órdenes recibidas e intentó evadirse, aterrizando en una pista no autorizada ,ubicada hacia el límite entre los estados de Rondônia y Mato Grosso, en el oeste brasileño. A partir de ese momento, la Policía Federal, a bordo de un helicóptero de la FAB, H-60 Black Hawk, se hizo cargo de las Medidas de Control Terrestre (MCS). El piloto escapó antes de que aterrizara el H-60 y en la aeronave se encontraron más de 300 kilos de clorhidrato de cocaína.