El presidente Luis Arce aseguró que Bolivia no está en crisis y anunció 10 medidas para enfrentar la escasez de combustible en el país. Atribuyó el problema a una “iliquidez transitoria” de divisas para pagar las importaciones de diésel y gasolina.
“Hablan de que nuestro país estaría quebrado, Bolivia no está quebrada”, afirmó en un mensaje junto a su gabinete ministerial. Según Arce, la economía sigue generando inversión y redistribuyendo ingresos, aunque reconoció dificultades en la compra de combustibles por la falta de dólares.
El mandatario criticó a sectores políticos que han sugerido levantar la subvención a los combustibles, devaluar la moneda o incluso pedir su renuncia. “Estamos enfrentando un problema de liquidez, no de crisis económica”, insistió.
Además, acusó a bancadas de la Asamblea Legislativa de bloquear créditos internacionales, lo que, según él, impide financiar obras para la población. “Después, en campaña electoral, serán los mismos que pedirán el voto”, cuestionó.
Entre las principales medidas anunciadas, se destaca la reducción del uso del parque automotor estatal en un 50% y el aumento de la distribución de combustible en estaciones de servicio del 50% al 80%. También se implementará una aplicación móvil para informar dónde hay disponibilidad de carburantes.
Otras acciones incluyen la priorización del abastecimiento al sector agropecuario y a servicios básicos como salud y emergencias. Asimismo, el Gobierno decretó horario continuo y teletrabajo en el sector público y privado en las capitales y El Alto.
Como parte de la estrategia, se autorizó la modalidad virtual en colegios y universidades según evaluación de cada departamento. En La Paz, el servicio de Mi Teleférico ampliará su horario de 05:00 a 23:00 para facilitar la movilidad.
Finalmente, Arce anunció mayor control en las fronteras, estaciones de servicio y cisternas para evitar el contrabando y la especulación de combustibles. “Vamos a reforzar la vigilancia para garantizar el abastecimiento”, aseguró.