Desde la cárcel de mujeres de Miraflores, la expresidenta Jeanine Áñez lanzó duras acusaciones contra el expresidente Evo Morales, afirmando que “no le alcanzarán los días de vida para rendir cuentas de sus crímenes, delitos y abusos ante una verdadera justicia”. Las declaraciones se dieron en medio de un proceso penal abierto en Tarija contra Morales por presuntos delitos de trata y tráfico de personas.
A través de su cuenta en X, Áñez criticó lo que considera una estrategia victimista de Morales frente a la orden de aprehensión emitida por el juez Nelson Rocabado, que incluye medidas como el arraigo, congelamiento de cuentas y anotación preventiva de bienes. “Morales jamás respetó la Constitución ni las leyes,” expresó Áñez, señalándolo como responsable de persecuciones y violaciones a los derechos humanos.
Evo Morales, por su parte, denunció que la orden judicial fue preparada antes de la audiencia y acusó al gobierno de Luis Arce de manipular la justicia para excluirlo de la contienda electoral. “Es una persecución política destinada a proscribirme,” afirmó el expresidente, asegurando que el sistema judicial está bajo presión del Ejecutivo.
Áñez, quien cumple una condena por su papel en los hechos posteriores a la crisis política de 2019, añadió que Morales convirtió el tráfico de influencias y la impunidad en parte de su gestión. Lo acusó directamente de haber huido tras el fraude electoral de ese año, calificándolo de “cobarde”.
La expresidenta también hizo alusión a los recientes casos de trata de menores que involucran a personas cercanas a Morales. “Esos crímenes y el daño causado al país no quedarán impunes,” manifestó, mostrando confianza en que la justicia eventualmente lo alcanzará.
Mientras tanto, Morales y su equipo legal insisten en que el proceso judicial busca dañarlo políticamente. “Es un montaje para inhabilitarme en las elecciones,” dijo el exmandatario, quien asegura que seguirá luchando por demostrar su inocencia.
El caso ha reavivado las tensiones políticas en Bolivia, evidenciando la profunda polarización entre los sectores afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) y la oposición. La justicia boliviana se encuentra nuevamente en el centro del debate por su imparcialidad y credibilidad.