El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ha invocado la denominada ‘muerte cruzada’ este miércoles, lo que conlleva a la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de nuevas elecciones legislativas y presidenciales. Lasso argumenta una «grave crisis política» derivada del juicio político en su contra.
Menos de 24 horas después de que iniciara el juicio político, Lasso ha firmado un decreto que obliga al Consejo Nacional Electoral (CNE) a fijar la fecha de las próximas elecciones en los próximos siete días. Los ecuatorianos deberán acudir nuevamente a las urnas en un plazo máximo de tres meses para elegir diputados y presidente hasta el final de sus respectivos mandatos en 2025.
En un discurso a la nación acompañado de miembros de su gabinete, Lasso ha afirmado que ser presidente implica tomar las decisiones adecuadas y necesarias en momentos históricos. Además, ha acusado a la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, de buscar la desestabilización del Gobierno y el Estado, obstruyendo el avance del país.
Lasso ha defendido su inocencia y ha asegurado que los intentos de la oposición de usurpar los poderes del Estado carecen de fundamentos. El juicio político se basa en acusaciones de blanqueo de capitales relacionadas con un contrato firmado por la empresa pública Flopec durante el Gobierno de Lenín Moreno, y Lasso ha admitido errores en su gestión pero ha enfatizado en su compromiso con las soluciones constitucionales y legales.
El presidente considera que la convocatoria a elecciones permitirá que los ecuatorianos decidan su futuro y pongan fin a la confrontación irracional. Además, el Gobierno podrá emitir decretos de urgencia económica, como una rebaja de impuestos, para hacer frente a la situación actual del país. Lasso ha destacado la importancia de abordar la crisis de seguridad y ha recordado las declaraciones de estado de excepción en diez ocasiones debido a la ola de violencia.
La oposición ha cuestionado la disolución de la Asamblea y ha calificado la medida de ilegal. El expresidente Rafael Correa ha señalado que Lasso no pudo comprar suficientes asambleístas para salvarse y ha instado a aprovechar la oportunidad para liberar al país de su Gobierno. Por otro lado, Lenín Moreno ha llamado a mantener la calma y a priorizar lo verdaderamente importante, instando a la unidad y organización ciudadana.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) ha denunciado un «escenario de dictadura» y ha convocado a una reunión para tomar decisiones colectivas sobre el camino a seguir. Su líder, Leónidas Iza Salazar, ha acusado a Lasso de perpetrar un «autogolpe de Estado».