El presidente argentino Javier Milei apoyó públicamente la construcción de un alambrado en la frontera con Bolivia, una medida impulsada por el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, con el argumento de combatir el narcotráfico y el contrabando. La decisión ha generado una fuerte reacción del gobierno boliviano, que la califica como una vulneración de los principios de buena vecindad entre ambos países.
El alambrado, de 200 metros de extensión y 2,5 metros de altura, conectará la terminal de ómnibus de Aguas Blancas con los controles de Puerto de Chalanas. Sáenz defendió la medida al afirmar que busca ordenar el paso de personas y fortalecer los controles migratorios. “La defensa de nuestra frontera no se negocia”, sostuvo en sus redes sociales.
El respaldo de Milei a la iniciativa fue inmediato. “Excelente el gobernador Gustavo Sáenz y las ministras trabajando en resolver problemas concretos de los salteños”, expresó el mandatario en una publicación. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también justificó la medida: “Es una acción de protección para la población y todo el país”.
Desde Bolivia, el ministro de Justicia, César Siles, expresó su rechazo a la construcción del cerco, argumentando que “vulnera principios de derecho internacional público y afecta la convivencia pacífica entre pueblos hermanos”. La Cancillería boliviana emitió un comunicado exigiendo que los temas fronterizos se resuelvan mediante mecanismos de diálogo bilateral.
El Plan Güemes, presentado en diciembre por Bullrich, es el marco en el que se inscribe la instalación del alambrado. Dicho plan busca reforzar la lucha contra el narcotráfico y el contrabando en la frontera norte, mediante un mayor despliegue de fuerzas de seguridad y el cierre de rutas ilegales. “Lo que plantearon en Estados Unidos es una cuestión migratoria. Nosotros queremos saber quiénes pasan y quiénes vuelven”, aclaró Sáenz, diferenciando la medida del muro en la frontera entre EE.UU. y México.
Virginia Cornejo, directora nacional de Vigilancia y Control de Fronteras, apuntó contra Bolivia al señalar que la falta de funcionarios en los controles migratorios es un obstáculo. “No logramos que amplíen los horarios, y esto es algo que debemos debatir con ellos”, declaró en Radio La Red.
La decisión argentina de cerrar caminos alternativos ha provocado incertidumbre en la región. Mientras Milei y su gabinete defienden el alambrado como una herramienta de seguridad, Bolivia insiste en que cualquier acción unilateral puede dañar la relación bilateral. Las próximas semanas serán clave para determinar si el conflicto escala o si se logra una solución diplomática.