La Unión Europea ha respondido este jueves a las acusaciones del presidente boliviano, Luis Arce, de que el bloque europeo participó en la crisis de 2019, que se saldó con la salida del entonces presidente Evo Morales, asegurando que en todo momento jugó un papel de pacificador a petición del propio Gobierno de Morales.
«La UE rechaza firmemente las acusaciones del presidente Arce contra el ex embajador de la UE en Bolivia, asegurando que participó en la «ruptura del orden constitucional» en el contexto de la crisis boliviana de 2019″, ha indicado la diplomacia comunitaria en un comunicado.
El bloque insiste en que se limitó a facilitar encuentros entre todos los actores políticos durante la crisis, incluyendo al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS). Estos movimientos se produjeron con el liderazgo de la Iglesia Católica y tras ser explícitamente requeridos por el Ejecutivo de Morales, ha subrayado la diplomacia europea.
En todo momento, los contactos buscaron pacificar el país, que atravesaba un momento de «tensión extrema», ha señalado la UE, que ha defendido la plataforma de diálogo puesta en marcha en coordinación con otros países que ayudaron a facilitar el diálogo durante la crisis.
El comunicado concluye con el compromiso de la UE de establecer una relación constructiva con Bolivia en todas las áreas de cooperación, eso sí, «basándose en el respeto mutuo».
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— Unión Europea Bolivia (@UEenBolivia) September 30, 2021
ACUSACIONES DE ARCE
Ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Arce denunció la implicación del «representante de la Unión Europea» en el golpe de 2019, una «ruptura del orden constitucional» que atribuyó al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y Gobiernos como el de Argentina.
En octubre de 2019, Morales abandonó el poder y salió del país tras las denuncias de fraude electoral de la OEA y el pronunciamiento del Ejército. La crisis desató enfrentamientos entre partidarios y detractores del líder indígena y con las fuerzas de seguridad que dejaron 30 muertos.
Tras un año de presidencia interina de Jeanine Añez, entonces ‘número dos’ del Senado, el MAS volvió al poder en las elecciones de 2020 tras cosechar el 55 por ciento de los votos. Arce ha sostenido que el fraude de Morales «nunca se probó» y que, tras los comicios de 2019, se produjo un «golpe de Estado».