En declaración de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), la gestión de las autoridades brasileñas para la lucha en contra del coronavirus no han sido efectivas, existe una carencia de coordinación y estás acciones han hundido al país en una “catástrofe humanitaria”. Desde el inicio de la pandemia, el coronavirus dejó más de 360.000 fallecidos en Brasil, un balance superado solo por Estados Unidos.
«La falta de voluntad política para actuar adecuadamente ante esta pandemia es responsable de la muerte de miles de brasileños», explica la organización en un comunicado.
La crisis sanitaria empeoró al punto de dejar 66.000 víctimas del virus solo en el mes de marzo y un promedio de 3.000 muertos diarios en la última semana. «La semana del 5 de abril, 11% de los nuevos contagios por COVID-19 en el mundo eran registrados en Brasil, al igual que un cuarto de los decesos», recalcó MSF.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, sigue empequeñeciendo la gravedad de la pandemia, además de reprobar las medidas restrictivas tomadas por gobernadores y alcaldes, como el confinamiento.
El Senado de Brasil dio los primeros pasos para instalar una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que deberá determinar eventuales «omisiones» del gobierno de Bolsonaro en la lucha contra la pandemia. «La falta de planificación y coordinación entre las autoridades de salud federales y sus homólogos estatales y municipales tuvieron consecuencias fatales», dijo Pierre Van Heddegem, coordinador de la unidad de emergencia para respuesta al COVID-19 de MSF en Brasil.