El golpe vino desde casa. Las últimas encuestas de Red Uno revelaron un panorama devastador para Rodrigo Paz Pereira, quien cae abruptamente en su propio departamento y ve cómo Jorge “Tuto” Quiroga se impone con una ventaja abrumadora en Tarija. El resultado contradice todo el discurso del candidato del PDC, que durante meses sostuvo que “el voto tarijeño sería su fuerza decisiva”.
La sorpresa es mayúscula. Pese a haber sido alcalde de Tarija y mantener presencia política constante, Paz no logra consolidar apoyo ni en la capital tarijeña ni en las provincias. Según analistas, el exalcalde concentra sus esperanzas en el Chaco, pero los datos son claros: la brecha es tan amplia que ya parece irreversible.
El desplome tiene raíces profundas. Su gestión municipal dejó heridas abiertas. Las obras calificadas como símbolo del despilfarro —el Puente Millonario, el Mástil Millonario y el proyecto fallido de Ciudad Inteligente— siguen siendo recordadas por la población como ejemplos de derroche y mala planificación. “Esas obras se convirtieron en monumentos a la improvisación”, afirma el analista local Luis Guzmán.
A ello se suma el desgaste de una larga carrera política. Con más de 25 años ocupando cargos públicos, Paz empieza a ser visto como un político del pasado. “Prometió renovación, pero terminó representando lo mismo que criticaba”, señalan sectores cívicos que alguna vez lo respaldaron.
Su papel como senador tampoco ayuda. Para muchos, su paso por el Senado ha sido gris e intrascendente, sin propuestas concretas ni defensa firme de los intereses regionales. “Desapareció políticamente después de dejar la Alcaldía”, comenta una dirigente vecinal.
Otro factor decisivo fue su acercamiento a figuras vinculadas al MAS, lo que provocó rechazo entre votantes que lo consideraban una opción independiente. Estas alianzas, interpretadas como desesperadas, diluyeron su imagen de alternativa nueva. “Cuando uno se rodea de los mismos de siempre, pierde credibilidad”, expresó un exaliado político que hoy respalda a Quiroga.
Además, su discurso basado en la identidad regional —“voten por mí porque soy tarijeño”— perdió fuerza frente al cansancio ciudadano. Muchos recuerdan que Paz posee doble nacionalidad y que respaldó a Evo Morales en el referéndum constitucional, lo que erosiona aún más su narrativa localista.
En conclusión, el desplome de Rodrigo Paz no se debe a la falta de apoyo regional, sino al desencanto acumulado por años de promesas incumplidas y una gestión cuestionada. Tarija, que alguna vez lo vio como su gran representante, ahora parece decidida a darle la espalda. La pregunta es si podrá revertir este rechazo antes del balotaje. Por ahora, la ventaja de Tuto Quiroga parece inalcanzable.
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