Los dos hornos crematorios con los que cuenta el Cementerio General de la ciudad de Cochabamba trabajan a toda su capacidad durante estos días, debido al incremento de fallecidos a causa del COVID-19 durante la tercera ola de la pandemia.
Lilian Scott, administradora del camposanto, informó que por jornada se están cremando entre 13 a 14 cadáveres, pero que cuenta con una lista de espera, de más de 10, cuyos restos permanecen en la morgue o en los domicilios de los familiares.
“Se debe instalar otro horno o buscar alternativas porque acá ya no nos damos abasto”, aseveró a radio Fides y confirmó que a causa de la carga viral que se tiene en la necrópolis se restringió las visitas de los familiares los fines de semana.
En cuanto a los funerarias también se generó un aumento en la demanda a casi el triple en comparación al mes pasado. No obstante, algunas veces deben rechazar trabajos pues no hay lugar para incinerar restos.
“Cuando alguien solicita un servicio deben buscar la manera de realizar la cremación; sin embargo, no siempre podemos atender porque el Cementerio General y el de Sacaba están saturados, así que a veces ofrecemos servicios en campos privados”, señaló un trabajador de una funeraria a Unitel.
Contó que cuando todavía no se vivía la tercera ola tenían entre cuatro a cinco servicios por semana pero desde hace unas semanas contabilizó hasta 20 solicitudes en siete días.