El paquete de 11 medidas y 7 decretos anunciado por el presidente Luis Arce no convenció a los productores agropecuarios ni a la ciudadanía. La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), a través de su presidente Klaus Frerking, cuestionó la efectividad de estas disposiciones para resolver la crisis alimentaria, energética y cambiaria.
“No creemos que estas medidas vayan a solucionar los problemas estructurales del país. El modelo estatista sigue intacto y no hay señales reales de apertura”, declaró Frerking al programa Que No Me Pierda. En particular, criticó que el Gobierno no haya liberado plenamente las exportaciones de carne y soya, una demanda clave del sector.
Mientras tanto, las filas de vehículos continuaron en estaciones de servicio de las principales ciudades del país, pese a que Arce garantizó la normalización del suministro de combustibles desde el lunes. La falta de confianza en las autoridades fue evidente en las redes sociales y medios de comunicación.
“No creo nada hasta ver cisternas llegando, así sea de manera irregular”, dijo un conductor en un testimonio difundido por televisión. La percepción general es que los anuncios no bastan si no hay una solución visible e inmediata al desabastecimiento.
Durante su discurso, el presidente Arce también reconoció que solo 400 militares estaban a cargo del control fronterizo con cinco países. Anunció que otros 1.480 efectivos serán desplegados para reforzar la lucha contra el contrabando a la inversa, una de las causas señaladas del desabastecimiento de carburantes.
Sin embargo, el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, aclaró que los 1.880 militares cubrirán solo los puntos de ingreso, y no los más de 7.000 kilómetros de frontera que tiene Bolivia. Aun así, durante la noche se reportó movimiento de tropas hacia regiones limítrofes.
La incertidumbre también alcanza al Tribunal Supremo Electoral (TSE). Su presidente en ejercicio, Óscar Hassenteufel, no aparece públicamente desde el 18 de mayo, mientras que el vocal Francisco Vargas amenazó con renunciar, en medio de críticas por la débil defensa institucional ante las acciones judiciales que afectan el calendario electoral 2025.
En el ámbito de salud, el Sedes La Paz ha tenido ocho directores en solo cuatro años, lo que refleja una profunda inestabilidad. “Es una gestión improvisada y sin sensibilidad”, denunció la asambleísta Samantha Coronado. En protesta por el último cambio de dirección, personal del Hospital del Niño anunció una huelga de brazos caídos, agudizando la crisis sanitaria en el departamento.