El dictador cubano Miguel Díaz-Canel ha reaccionado al asalto a la embajada mexicana en Quito, calificándolo de «inaceptable». Sin embargo, este incidente recuerda a un acontecimiento ocurrido en 1981, cuando Fidel Castro ordenó la captura de cubanos que buscaban asilo en la embajada ecuatoriana en La Habana.
La violación de la sede diplomática ecuatoriana en La Habana ocurrió el 21 de febrero de 1981, cuando tropas especiales cubanas irrumpieron y se llevaron a cubanos que buscaban asilo. Fidel Castro supervisó personalmente los preparativos del asalto, según informes de aquel entonces.
El asalto fue motivado por la presencia de la familia cubana Delgado Temprana en la embajada ecuatoriana, quienes solicitaron asilo político tras ingresar armados a la sede diplomática.
La tensión diplomática entre Cuba y Ecuador se intensificó después del asalto, con días de acordonamiento de la embajada ecuatoriana y negociaciones para la extracción de los refugiados.
El presidente ecuatoriano de ese entonces, Jaime Roldós, desmintió la autorización del asalto y llamó a su embajador en Cuba a consultas, mientras que la Cancillería cubana afirmó que la operación se realizó con autorización ecuatoriana.
El incidente del pasado viernes en Quito, donde la policía ecuatoriana irrumpió en la Embajada de México para detener al exvicepresidente Jorge Glas, revive estos recuerdos históricos, generando tensiones diplomáticas y la ruptura de relaciones entre México y Ecuador.
El presidente mexicano Miguel Díaz-Canel ha expresado su solidaridad con México ante lo ocurrido en Quito, instando al respeto por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, un pilar del derecho internacional.