Ocho de cada diez ambulancias están paradas por falta de combustible en La Paz y los hospitales enfrentan un desabastecimiento crítico de medicamentos, según denunció este martes el secretario ejecutivo del Sindicato de Ramas Médicas de Salud Pública (Sirmes), Fernando Romero.
“No hay gasolina para atender emergencias. Nos llaman desesperados por pacientes convulsionando o embarazadas, pero no podemos enviar ambulancias ni en el área rural ni en la ciudad”, afirmó Romero, visiblemente indignado. El dirigente exigió al Gobierno soluciones urgentes frente a lo que calificó como “abandono total del sistema de salud”.
El médico explicó que el problema no se reduce a los carburantes. “Estamos sin medicamentos porque ninguna importadora quiere presentarse a las licitaciones, ya que el dólar sube, el boliviano pierde valor, y no se puede fijar precios estables”, señaló.
Según Romero, la situación es resultado de dos años de crisis acumulada por la falta de divisas. El Gobierno lanza licitaciones en bolivianos, pero las constantes fluctuaciones impiden a las empresas asumir compromisos de venta. “Las licitaciones son declaradas desiertas. Nadie quiere vendernos nada”, lamentó.
El último stock de medicamentos adquirido por el Ministerio de Salud fue calculado solo hasta junio de este año, y ya se agotó. “Ahora estamos a la espera de nuevas contrataciones que probablemente tampoco se concretarán, porque las importadoras ya no confían en el sistema”, dijo el representante del Sirmes.
Romero advirtió que si no se revierte la situación, el país se encamina a un colapso sanitario. “Estamos yendo a la muerte, a la miseria, porque sin insumos, sin fármacos, sin ambulancias, no hay atención posible”, remarcó.
La denuncia del sector médico se suma a las protestas de transportistas, empresarios y otros gremios que exigen al Ejecutivo medidas claras ante el deterioro económico y la falta de combustibles. La crisis energética ha comenzado a afectar incluso servicios esenciales como la salud.
Hasta el momento, el Gobierno no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre la denuncia de Sirmes, aunque se prevé que en los próximos días el Ministerio de Salud y el de Hidrocarburos ofrezcan una evaluación de la situación. Mientras tanto, la vida de miles de pacientes está en riesgo por la falta de atención oportuna.