Las ventas de coches eléctricos cayeron un 5,9% en la Unión Europea en 2024, con 1.447.934 unidades vendidas, frente a los 1.538.106 del año anterior. La fuerte caída en Alemania, el mayor mercado europeo, fue clave en esta disminución.
En Alemania, se comercializaron 380.609 vehículos eléctricos en 2024, un desplome del 27,9% respecto a los 524.219 de 2023. «El coche eléctrico sigue necesitando incentivos para sostener su crecimiento«, explicó un portavoz de la Asociación de la Industria Automotriz Alemana.
La cuota de mercado eléctrica en la UE también se redujo del 14,6% en 2023 al 13,6% en 2024. En Alemania, la participación bajó del 18,4% al 13,5%, dejando al país en línea con la media europea.
En España, las ventas aumentaron un 11,2%, con 57.374 unidades en 2024, frente a 51.611 en 2023. Sin embargo, su cuota de mercado se mantuvo baja, subiendo apenas dos décimas hasta un 5,6%.
El contraste lo marca Bélgica, que en 2024 vendió 127.703 coches eléctricos, un incremento del 36,9% respecto a los 93.285 del año anterior. La cuota de mercado belga pasó del 19,6% en 2023 al 28,5% en 2024. En enero de 2025, alcanzó un 33,8%, consolidándose entre los líderes del sector.
El secreto del éxito belga radica en las deducciones fiscales para flotas empresariales, permitiendo a las empresas deducirse hasta un 100% del costo de los eléctricos. Como resultado, el 80% de los coches eléctricos vendidos en Bélgica pertenecen a empresas. «Es un modelo que ha convertido al coche eléctrico en una opción más atractiva que los de combustión«, señaló un análisis de Bloomberg.
El reto ahora es la sostenibilidad del modelo. El Estado asume el costo de estas deducciones, lo que podría generar un agujero fiscal similar al experimentado en Noruega. Además, el mercado de segunda mano de coches eléctricos sigue siendo poco atractivo, lo que podría afectar su viabilidad a largo plazo.
Mientras Alemania retrocede, Bélgica demuestra que una política fiscal acertada puede impulsar la transición hacia el coche eléctrico en Europa.