Entre lágrimas y temor, el chofer de la flota calcinada en Llallagua relató el dramático momento en que una turba lo agredió y redujo su vehículo a cenizas. El hecho ocurrió durante los violentos enfrentamientos entre bloqueadores afines a Evo Morales y la Policía Boliviana.
“Lo han dinamitado todo. Casi me dan a mí también”, contó el conductor, quien estuvo a punto de ser alcanzado por los explosivos mientras intentaba encender su flota. Un policía lo protegió en el último momento, según relató a medios locales.
El bus estaba detenido cerca del ingreso al municipio de Llallagua, justo cuando los efectivos intentaban despejar la vía tomada por sectores movilizados. La turba atacó el vehículo, golpeó al chofer y amenazó su vida. “Yo no quería abandonar la flota, no quería. Mi hijo me dijo ‘vamos, vamos’. Y ya me estaban agarrando a patadas”, recordó con angustia.
El conductor logró escapar junto a su hijo segundos antes de que el vehículo fuera reducido a llamas por dinamitas y objetos incendiarios. “Cómo van a hacer así, por favor. Quisiera que el Gobierno se ponga la mano al pecho”, imploró llorando ante las cámaras.
Este acto violento se produjo en medio de una jornada marcada por la muerte de tres efectivos policiales emboscados durante el operativo de desbloqueo. La tensión en la zona se mantiene alta, y los pobladores instalaron una vigilia permanente para evitar el ingreso de nuevos grupos violentos.
La flota incendiada era el único medio de trabajo del conductor, quien ahora enfrenta la incertidumbre total. “Me han dejado sin nada, sin pan para mis hijos. Sólo quiero justicia”, declaró entre sollozos.
El hecho ha sido condenado por autoridades nacionales. “Estos actos no son protesta social, son terrorismo”, dijo el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en referencia a los ataques en Llallagua. La Policía y la Fiscalía han abierto investigaciones para dar con los responsables.
Mientras tanto, Llallagua permanece bajo tensión y vigilancia, con pobladores divididos entre el miedo y la indignación ante la creciente violencia en nombre de intereses políticos.