Santa Cruz se enfrenta a lo que ha sido calificado como el peor desastre ambiental de su historia, con más de 7 millones de hectáreas consumidas por el fuego. Jhonny Rojas, coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), alertó sobre la magnitud de la situación durante una conferencia de prensa. “El mayor desastre ambiental que ha vivido el departamento de Santa Cruz es en esta gestión, son más de 7 millones de hectáreas devastadas. Lamentablemente, sigue y continúa”, afirmó.
Aunque las lluvias recientes han ayudado a mitigar algunos focos de incendio, la amenaza del fuego persiste en varias comunidades de la región. Los bomberos y voluntarios han logrado contener algunos frentes, pero la situación sigue siendo crítica en muchas áreas.
Actualmente, hay 45 incendios activos en 17 municipios del departamento. Equipos de bomberos forestales, junto con voluntarios y apoyo de otros países, continúan luchando contra las llamas en un esfuerzo por evitar que el desastre se extienda aún más.
“En lo que va de esta gestión, 26 comunidades han sido afectadas por el fuego, 21 viviendas fueron consumidas, y más de 4.111 familias han resultado damnificadas”, informó Rojas. Las pérdidas materiales y ecológicas son incalculables, y el impacto en la fauna y flora local ha sido devastador.
Ante esta situación, la Gobernación de Santa Cruz ha solicitado en varias ocasiones al Gobierno central que emita una declaratoria de desastre nacional. Sin embargo, hasta el momento no se ha dado una respuesta concreta a este pedido. Rojas reiteró la urgencia de la medida, señalando que «la ayuda internacional y los recursos necesarios para enfrentar esta crisis dependerán de dicha declaratoria».
El fuego no solo está afectando a la región en términos ambientales, sino que también pone en riesgo la salud y seguridad de las personas. Las comunidades afectadas enfrentan serios problemas para acceder a servicios básicos y muchos han perdido sus medios de subsistencia.
Mientras tanto, equipos de socorro y voluntarios trabajan incansablemente en condiciones adversas, enfrentando terrenos difíciles y temperaturas extremas. Las condiciones climáticas, aunque en ocasiones favorables con lluvias, no han sido suficientes para detener por completo el avance del fuego.
La situación en Santa Cruz sigue siendo alarmante, y el futuro de las comunidades afectadas dependerá de una acción conjunta entre las autoridades locales, el gobierno central y la comunidad internacional para detener esta catástrofe ambiental sin precedentes.