Al finalizar la segunda jornada de movilización, Evo Morales pidió a los manifestantes continuar la marcha hacia la ciudad de La Paz, aunque él no los acompañará. Desde la localidad de Lahuachaca, donde se encontraba con los marchistas, Morales subrayó que esta protesta no es para defender su figura, sino para reclamar por la mala gestión del gobierno actual. Según él, en los últimos cuatro años el país ha sufrido una crisis económica marcada por la falta de combustibles y divisas.
“No se trata de Evo, se trata del país. Este gobierno ha hundido la economía”, afirmó el exmandatario en su discurso. A pesar de esto, Morales lamentó que dirigentes como Juan Carlos Huarachi hayan pedido su aprehensión, sugiriendo que existe una campaña en su contra dentro de algunos sectores.
Tras su intervención, Morales se retiró del lugar en una camioneta, dejando en claro que, aunque no estará presente, la marcha debe continuar su curso hasta La Paz. “La lucha sigue, aunque yo no esté”, manifestó a sus seguidores antes de partir.
La marcha, organizada por grupos afines a Morales, ha avanzado 60 kilómetros desde su inicio. Los manifestantes llegaron a Lahuachaca después de dos días de caminata, y planean continuar su trayecto hacia la localidad de Patacamaya.
Los evistas han planteado que la movilización es una respuesta a lo que consideran un fracaso de la gestión del presidente Luis Arce. Entre las principales críticas se encuentran el debilitamiento de la economía y la falta de respuestas efectivas para enfrentar la crisis financiera.
“La economía está en una situación crítica, no hay combustibles, no hay dólares. Es momento de que el pueblo haga escuchar su voz”, expresó uno de los manifestantes durante la jornada.
Para el jueves, se espera que la marcha recorra varios kilómetros más en su camino hacia la sede de gobierno, mientras crece la expectativa sobre cómo responderá el Ejecutivo a estas demandas.
La movilización sigue en medio de un tenso ambiente político, con sectores divididos entre los seguidores de Morales y aquellos que respaldan al presidente Arce, lo que aumenta la incertidumbre sobre el desenlace de estas protestas.