El presidente del Banco Central de Bolivia, Roger Edwin Rojas Ulo, se encuentra en el centro de la controversia tras revelarse que su reciente viaje a Beijing, China, del 12 al 14 de junio de 2024, costó Bs. 89,235. De este monto, Bs. 18,007.5 se destinaron a viáticos y Bs. 71,227.87 al pasaje.
Un analista comentó sobre el costo del viaje: “Teniendo en cuenta que el vuelo dura 30 horas de ida y 30 horas de vuelta, y solo hubo 6 horas de reunión, los viáticos de Bs. 18,000 son un exceso, especialmente considerando la crisis económica que enfrenta Bolivia”.
Las críticas no tardaron en surgir. “El Banco Central de Bolivia debería ser la entidad que cuide los recursos de los bolivianos. Lamentablemente, parece que se está dilapidando los recursos del país”, lamentaron expertos económicos.
En un momento de dificultades económicas, el gasto elevado en viajes oficiales genera inquietudes sobre la gestión de los recursos públicos. La suma de Bs. 89,235 contrasta con la necesidad de austeridad que muchos bolivianos consideran esencial.
La comunidad académica y sectores políticos han cuestionado la justificación de tales gastos. “Es incomprensible cómo se puede justificar un gasto tan elevado en un viaje de tan corta duración. Se debería priorizar la transparencia y la eficiencia en el uso de los fondos públicos”, expresó un economista.
La gestión del Banco Central de Bolivia está bajo escrutinio, y este viaje a China ha intensificado el debate sobre la necesidad de mayor responsabilidad fiscal y transparencia en el manejo de los recursos del Estado. La opinión pública espera explicaciones claras y medidas que aseguren un uso eficiente y justificado de los fondos públicos.
El presidente del Banco Central aún no ha emitido una declaración oficial sobre el asunto, pero la presión para justificar estos gastos crece a medida que aumenta la preocupación por la situación económica del país.